¿Por qué es la frase del día?
El exdelegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, ha declarado este martes 5 de marzo ante el tribunal del procés, dando una versión muy distinta a la ofrecida por los 12 líderes independentistas que están siendo juzgados. Ha explicado que había dedicado mucho tiempo a evitar el "planteamiento políticamente suicida", que "iba a perjudicar al conjunto de la sociedad catalana", del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, consistente en que con él "no había posibilidad de negociar nada" que no condujera a celebrar un referéndum.
Millo se ha centrado en describir cómo una vez convocado y anulado por el Tribunal Constitucional el referéndum del 1-O, se rompió la convivencia y empezó el "clima de acoso, hostigamiento y violencia" para impedir cualquier actuación judicial, que se consideraba "un ataque" a las instituciones catalanes. Y así hasta llegar a la declaración unilateral de independencia, de la que dijo que "nadie en Catalunya pensó que fuera simbólica. No era una broma, iba en serio", aseguró en clara contradicción con la mayoría de acusados, que en el Supremo le negaron efectos jurídicos.
Para recrear ese ambiente de hostigamiento y violencia, el exdelegado del Gobierno ha asegurado haber contabilizado "150 acciones distintas ante diferentes instalaciones, lanzamiento de artefactos incendiados, acoso a los agentes... Era el mundo al revés: la policía cumplía órdenes judiciales y desde el movimiento independentista se llamaba a defender las instituciones, lo que significa que se estaban atacando. Esto creó un clima de tensión e incertidumbre". Señaló que "había grupos que se manifestaban pacíficamente", mientras que "otros actuaban de forma violencia".
En las amenazas a la policía y Guardia Civil, por atacar a las instituciones catalanas, situó a los Comités de Defensa de la República (CDR), de los que dijo que "tuvieron una importancia tremenda". "No se puede negar que algunos CDR son violentos. Negar que lo son es falso, ahora todos no lo son", ha apuntado.