¿Por qué es la frase del día?
La palabra "portavozas" emitida por Irene Montero ha generado la misma polémica que en su día el "miembras" de Bibiana Aído años atrás. El linchamiento ha sido masivo. Incluso las correcciones en base a la lengua (que el lexema "voz" ya es femenino) carecen de cualquier relación con el tema, pues lo que importa no es usar sustantivos femeninos referidos a objetos inanimados, sino de visibilizar a las mujeres que desempeñan una labor. Sí, podríamos discutir más cuestiones, por ejemplo que el acto de ser portavoz va en el verbo "portar". Pero ese no es el tema.
El tema está en que nos parece "irrelevante" cualquier lucha por el lenguaje inclusivo, pero todos tenemos tiempo y recursos cognitivos disponibles para dedicar toda nuestra atención en criticar a Irene Montero. ¿Lo que adelantamos? Nada. ¿El objetivo? Ninguno. Ponemos atención en lo que la RAE dice, como si las leyes de la lengua vinieran caídas del cielo por gracia divina, y no fueran construidas. Y los más expertos y expertas en lenguaje parecen ignorar (será que no lo saben todo) que el lenguaje construye la realidad, porque es la herramienta que tenemos las personas de crear e intercambiar el significado de las cosas, ergo, el mundo.
Parece que Pablo Iglesias ha enviado un mensaje desde un término medio más común, en el que dice que si bien es una palabra que le sueña rara y no utiliza, le parece positivo empezar a cambiar el lenguaje para que sea más inclusivo, como comentaba en Los Desayunos de TVE. ¿Por qué será que todo lo que nos implique un mínimo esfuerzo, al menos de reflexión, es motivo de linchamientos públicos? ¿Por qué hablamos por las redes insultando a una persona como si Irene Montero fuera sólo un perfil de Twitter creador por ordenador y no un ser con emociones? ¿Por qué somos tods tan listos? ¿Por qué nos quejamos de que las cosas vayan mal cuando nisiquiera nosotros queremos levantarnos del sofá para cambiar algo?
¿A quién acudiría yo para comentar la validez de este término? A investigadores e investigadoras del campo de la lengua que hagan estudios de género. Con saber de lexemas y fonemas, no basta.