¿Por qué es la frase del día?
Si nunca habías escuchado el nombre de Juan Manuel de Prada, ahora es buen momento para conocerle. El escritor y columnista del periódico ABC ofrece este lunes con unas palabras muy bien escritas e hiladas, un artículo en el que explica, según su parecer, que no es de extrañar que haya degenerados sexuales pedófilos cuando estamos constantemente expuestos a material pornográfico, o al menos tenemos acceso fácil a él.
Como experto en literatura, nadie podrá tachar su experiencia, pero a la hora de abordar las causas del comportamiento humano, quizá se quede un poco en el siempre querido cuñadismo de "a mi me parece que es así, por lo que debe ser verdad". Hace un símil entre el hecho de que haya muchas muertes en EE.UU porque hay fácil acceso a las armas (cuando la causa la exploraba muy bien Michael Moore en su documental 'Bowling for Columbine' y esa tesis no parecía sostenerse muy bien) y el hecho de que haya muchos pedófilos, o degenerados sexuales en general, por ese acceso a la pornografía.
Dice algo así como que "el naturalismo instintivo es hoy convertido en ideología" y que "la sexualidad humana es como el agua: benéfica cuando se encauza; destructiva cuando los cauces se desbordan y se rompen los diques", algo que se antoja muy lógico, pero que la pornografía no desborda la sexualidad humana en el sentido en el que él dice. La moralidad y ataque a la sexualidad libre recuerda a las más profundas preocupaciones y censuras que las diferentes religiones han estado perpetuando a lo largo de la historia, y que tiene como una de sus consecuencias la criminalización de la actividad sexual de la mujer por puro placer, por ejemplo.
Aunque sí criticaríamos una cuesión de la pornografía, no el hecho de que acceder a ella haga desatar nuestros instintos más salvajes y dañinos, sino a su reflejo y perpetuación de patrones machistas de dominación sexual de la mujer. Por eso, en Los Replicantes hablábamos en una ocasión del sexo feminista y de cómo este enseña una forma más respetuosa de vivir el sexo.