Se llama Alexander Boris de Pfeffel Johnson y, pese a ser el Primer Ministro de uno de los países más poderosos del mundo, poco se sabe de él. Ni siquiera cuántos hijos tiene, ya que además de sus tres nupcias, al menos se le conoce un vástago de un affaire extramatrimonial. Estudió en las prestigiosas Eton y Oxford, donde abandonó su nombre Alexander para utilizar el de Boris y desarrollar su conocida excéntrica y descuidada personalidad, que le funcionó muy bien durante su época académica, convertido en uno de los alumnos más populares. Gtres
Su carrera comenzó como periodista para varios periódicos de prestigio como The Times o The Daily Telegraph, queriendo incluso convertirse en reportero de guerra. Pero pronto dio el salto a la opinión política, donde además de escribir columnas empezó a participar en varias tertulias televisivas, ganando notable popularidad por su estrambótica personalidad y hasta una nominación al BAFTA al mejor personaje de entretenimiento. Gtres
En 2001, casi de rebote, se presenta como parlamentario por el partido conservador por Henley, una pequeña circunscripción de 73.000 habitantes feudo tory donde ganar las elecciones no le supondría demasiado problema. Más le costó ganar la aprobación de su propio partido, donde al final le votaron por "adorable" y "divertido", aunque muchos conservadores no terminaban de comulgar con su peculiar estilo de hacer política. Gtres
Menos de seis años después de entrar en política salta la sorpresa al anunciar su intención de presentarse a la Alcaldía de Londres, ciudad que normalmente vota progresista. Ganó las primarias con un sorprendente 79% de los votos y centró su campaña en abolir los autobuses acordeón y recuperar los clásicos de dos pisos londinenses. También apleó al cinturón de la capital, prometiendo su desarrollo. Contra todo pronóstico, Johnson gana las elecciones y se convierte en Alcalde de Londres. Gtres
Durante sus dos mandatos como Alcalde de Londres, Johnson perfecciona su estilo llevándolo a la caricatura: no hay visita oficial en la que no toque algo o deje una foto graciosa para la prensa. Algunos asesores desvelan que su desaliñado look está más pensado de lo que parece para acercarse a un electorado, de edad media y alta, donde su carisma arrasa sin paliativos. Johnson no tiene problemas en repetir un segundo mandato como Alcalde de Londres adaptando su ideología a la de la ciudad, con un claro giro a la izquierda que se traduce participando en marchas del orgullo gay o apoyando públicamente a Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos. Gtres
En el año 2015, a pocos meses de acabar su segundo mandato como Alcalde de Londres, se presenta por sorpresa como parlamentario. En ese momento todos los analistas lo ven como el sucesor natural de David Cameron. Y en 2016 sorprende apoyando el Brexit, en contra de la línea oficial marcada por David Cameron. Gtres
Después de la caída de David Cameron tras el resultado del referendum para abandonar la Unión Europea, Boris Johnson vuelve a sorprender con otra decisión tan medida como inesperada: no se presenta a su sucesión, propiciando la victoria de Theresa May, que le coloca como secretario de exteriores para desgastar su imagen. Pese a una innumerable lista de pifias en sus dos años en exteriores, el carisma de Boris le mantiene casi intacto mientras la popularidad de May se hunde. En 2019 dimite como secretario de exteriores y se lanza a la yugular de May retomando la agenda del Brexit. May acaba por hacer las maletas y Boris gana su sucesión, convirtiéndose así en Primer Ministro, elección ratificada por el electorado en diciembre de 2019. Gtres
Su bravucona forma de hacer política le ganan varios problemas en la negociación del tratado del Brexit, pero su popularidad sigue subiendo, sobre todo con la llegada de la pandemia del Covid-19. Sin embargo, su estrategia inicial de buscar la inmunidad de grupo demuestra ser un desastre y su apoyo popular se desvanece con una de las peores tasas de mortalidad de Covid-19 del mundo, pese a rectificar en sus políticas. Gtres
A primeros de marzo, Boris Johnson reconoce haber estrechado la mano de varios pacientes de Covid-19 en una visita al hospital. Unos días más tarde, se confirma su positivo de la enfermedad. A primeros de abril ingresa en el Hospital y días más tarde entra en la UCI. Al borde la muerte, su recuperación de la enfermedad le hace convertirse en una nueva persona, apoyando una vida más saludable y saliendo a hacer ejercicio diario en las inmediaciones de Downing Street con su mascota y nos atuendos cuestionables. Gtres
Parece que el coronavirus y los innumerables gafes de Boris Johnson pueden acabar de pasarle factura, por fin. Más de la mitad de los británicos no aprueban su Gobierno frente al 29% que sí lo hacen. Pese a todo, la popularidad de Johnson sigue superando a la de su antecesora, Theresa May, aún teniendo en cuenta la pandemia del coronavirus. Gtres