¿Por qué es la foto del día?
La pareja acusada de asesinar a sus dos hijos en Godella se enfrenta a un jurado popular a partir de este lunes en la Audiencia de Valencia. Hasta el 10 de junio se celebrará el juicio, fecha en que el tribunal se retirará a deliberar un veredicto.
Los hechos ocurrieron la noche del 13 al 14 de marzo de 2019. Amiel, de tres años y medio e Ixchel, de tan solo seis meses, murieron tras recibir multitud de golpes, principalmente en la cabeza, con un objeto contundente o siendo golpeados contra el suelo.
María G. reconoce que enterró a sus hijos en el jardín de la casa de campo que okupaban ilegalmente. Gabriel C., su pareja, asegura que estaba dormido cuando se cometió el crimen y que no tuvo constancia de lo sucedido hasta la mañana siguiente, cuando dio aviso a las autoridades.
Ambos se encuentran en prisión provisional desde entonces. La madre es inimputable debido a su patología, esquizofrenia de tipo paranoide. Para ella, la Fiscalía solicita 25 años de internamiento médico. El juicio, por tanto, se centra sobre todo en valorar la responsabilidad del padre, al que se le piden 50 años de cárcel (25 años por cada asesinato, con el agravante de parentesco) y sobre el que se ha acreditado que no hay ninguna enfermedad mental. Además, el fiscal reclama una indemnización de 300.000 euros para los abuelos maternos y paternos.
La abuela materna destaca que alertó a las autoridades en repetidas ocasiones sobre el peligro de la situación, pero los protocolos de alarma no saltaron en ningún caso. La Fiscalía describe al padre como una persona manipuladora que indujo a María a creer en la regresión y el renacimiento de las almas tras la muerte de los cuerpos. Ambos estaban convencidos de que una secta, integrada por sus propios familiares, quería secuestrarlos, abusaba sexualmente de su hijo mayor y quería atacarles. De hecho, en algunas ocasiones pasaban noche de vigilia para evitar cualquier situación de las que encontraban en sus delirios.