¿Por qué es la foto del día?
El papa Francisco ha aterrizado en Bagdad, donde comenzará un viaje de tres días en el que recorrerá seis ciudades. La expedición se ha catalogado como de riesgo extremo y ha sido desaconsejada por todas las autoridades implicadas por la crisis de seguridad en el que se encuentra el país. El Papa, sin embargo, no ha querido faltar a una cita de enrome transcendencia política y espiritual: "Una obligación hacia una tierra martirizada desde hace años", ha expresado a bordo del avión.
El pontífice, el primero que visita este país de mayoría chií, quiere acercarse a las minorías cristianas de Irak y, a su vez, tender puentes con el islam. También encontrarse con uno de sus principales líderes, el gran ayatolá Ali Sistani. En el aeropuerto le han esperado el primer ministro iraquí, Mustafa al Khadimi y una delegación del Gobierno. Luego se traslado al palacio presidencial a bordo de un turismo blindado, poco habitual en él, donde le recibirá el jefe del Estado, Barham Ahmed Salih Qassim.
El Papa se ha encontrado a un país confinado por la crisis sanitaria y sometido a fuertes medidas de seguridad. La población asistirá a sus actos a través de las ventanas y los televisores. La única excepción se encuentra en la misa para 10.000 personas que se celebrará en el estadio de Erbil el domingo. El resto se realizará a puerta cerrada y con un número muy reducido de participantes.
El Vaticano ha calificado este viaje como "el más importante de este pontificado" y además cuenta con un marcado componente geopolítico, ya que busca tender puentes con la comunidad chií, constantemente en disputa con Estados Unidos y las potencias occidentales.