¿Por qué es la foto del día?
Como cada año, el 14 de febrero se tiñe de rojo. No de rojo sangre ¡por Dios!, sino del rojo de los corazones y rosas que impreganan las ciudades. Es la fecha más romántica del año, aquella en la que recordamos a nuestra pareja lo mucho que la queremos. Y qué mejor escenario para el amor que París y su emblemática Torre Eiffel, siendo testigo de tantos romances, besos, declaraciones de amor y peticiones de matrimonio.
Pero es muy importante recordar una cosa en el día de San Valentín. Debemos, cada vez más, enfatizar el amor propio, el quererse a uno mismo o a una misma y aceptarnos cómo somos. Desafiar los roles y estereotipos sociales normativos que nos dicen "cómo debemos ser", que nunca nadie es capaz de alcanzar, porque la culpabilidad impregna todos los ámbitos de nuestra vida. Empezando por los estéticos.
También debemos reflexionar sobre ese ideal de amor romántico que tanto daño nos hace. Parece muy bonito y deseable, el amor como es en las películas, entregarse el uno al otro y pretender vivir toda la vida como dos tontuelos. No debemos dejar que se nos vaya de las manos y acabemos renunciando a nuestra libertad y autonomía por no saber construir una relación horizontal, sana, basada en la confianza y la comunicación. No pensar que debemos tener pareja para ser felices, no mantener relaciones que nos hacen infelices o en las que hay abuso de poder solo porque es "el amor" o "el destino", porque "no vamos a encontrar nada mejor" o porque "al final es culpa mía". Hoy, más que nunca, celebrad el amor, pero reflexionad sobre él.
