El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha despertado las críticas de la derecha por pedir, directamente, la entrada de ministros independentistas y nacionalistas en el Gobierno de España.
"Algunas veces se ha dicho, 'a ver si hay ministros de partidos catalanes, de partidos independentistas, nacionalistas'... Quizás tenga que ser el momento de que esto llegue y se supere y veamos una nueva perspectiva de las cosas. Llega un momento en que tendrá que haber una participación más activa de las fuerzas políticas hoy independentistas en un futuro proceso de Gobierno en España", ha defendido el expresidente en una entrevista con el diario catalán El Nacional.
Con todo, Zapaterio ha reivindicado una participación más activa de ERC, Junts per Catalunya, PNV, EH-Bildu o la CUP en el Gobierno. Y señala que el poder institucional siempre ha recaído en políticos de origen andaluz o castellano: "Eso se nota", ha afirmado. Algo que se contradice en cierta medida si tenemos en cuenta, por ejemplo, que la crisis sanitaria ha estado gestionada por un miembro del PSC.
Con estas declaraciones, Zapatero se distancia de Felipe González, muy crítico con la dependencia del Gobierno de las formaciones nacionalistas en el Congreso. Lejos de ello, el expresidente no solo no critica este apoyo parlamentario, sino que además pide la entrada de algún ministro de estas formaciones.
Un cisma en el PSOE que exhibe las dos almas que sobreviven enfrentadas en la formación socialdemócrata y que ahora han enterrado el hacha de guerra, al menos temporalmente, gracias a la gran fuerza de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.
"Tendremos un acuerdo en la mesa de diálogo"
José Luis Rodríguez Zapatero también ha tenido la oportunidad de defender la mesa de diálogo entre el Estado y la Generalitat de Cataluña, una figura pactada por el PSOE y Esquerra Republicana como condición para garantizar la investidura.
Zapatero ha defendido que esa mesa de diálogo sea "respetada" y que se mantenga activa durante "un tiempo ilimitado", hasta la obtención de un acuerdo entre ambas partes.
Sin embargo, ha descartado la necesidad de "mediadores" ni que el diálogo vaya a desembocar necesariamente en la celebración de un referéndum para consultar la separación de Cataluña del resto de España.
"Nos tenemos que conocer más, dedicar un poco más de tiempo a la serenidad del diálogo. Lo asumiremos en algún momento las dos partes, no hay otro destino que entenderse y llegar un día y firmar un acuerdo. Mejor o peor. Tendremos un acuerdo", ha prometido Zapatero.