Zahínos es un pequeño pueblo al sureste de la provincia de Badajoz. Con 2.819 habitantes y un sueldo medio que apenas llega a los 800 euros mensuales, los vecinos se encuentran molestos por liderar un año más en el ránking de los pueblos más pobres de España, según la Agencia Tributaria.
La mayoría de sus habitantes trabajan como jornaleros, en la fruta o en la saca de la corcha del alcornoque. También, acusado por la temporalidad del trabajo en la agricultura, algunos se dedican a la aceituna, la industria del carbón vegetal, etc. "Aquí no hay industria, no hay mucho, el sustento es el campo y los jóvenes, los que tienen estudios, tienen que emigrar para buscarse la vida. Pero no hay necesidades. Se vive bien", afirma el alcalde del municipio, Gregorio Gallego (PP).
Se trata de un pueblo que se gestiona bien sus recursos. La propiedad de la tierra es en gran parte comunal. La sociedad 'El Progreso de Labradores y Granjeros', de la que forma parte casi todo el pueblo, cuenta con más de 4.000 hectáreas de terreno donde, si se pagan 75 euros, se puede llevar al ganado a pastar y recibir un lote de leña de los alcornoques al año.
La 'burbuja inmobiliaria' no llegó ni llegará
El nivel de vida está equilibrado con los sueldos bajos, provenientes en su mayoría de trabajos jornaleros y del subsidio agrario. Alquilar un piso ronda los 200 euros, algo insólito en la gran mayoría del territorio español y lo más sorprendente, una casa de 160 metros cuadrados y cuatro habitaciones se vende por apenas 30.000 euros. Sin embargo, el negocio inmobiliario es casi inexistente, pues casi nadie tiene hipoteca, las casas son antiguas y pasan de generación en generación.
Sin duda, la 'burbuja inmobiliaria' no ha llegado ni llegará a Zahínos, que es sin duda un pueblo a la vieja usanza: casi nadie tiene hipoteca, la gente trabaja en el campo e incluso se utiliza el trueque para intercambiar los productos de la tierra que producen los vecinos. Son el pueblo más pobre de España en cuanto a renta, pero su estilo de vida permite que, como ellos dicen, "no falte de nada".