La "broma" que realizó el youtuber ReSet a un mendigo en Barcelona le va a salir muy cara. El joven se había grabado en vídeo regalando a un indigente unas galletas a las que había incorporado pasta dentífrica, sin avisarle de tal hecho.
El youtuber empleó todo tipo de mofas como "así podrá tener al menos los dientes limpios" y difundió el material por todo tipo de redes sociales. Esta "hazaña" llevó a la Guardia Urbana de Barcelona a denunciarle por un delito de odio con el agravante de difusión pública y ello le ha traído consecuencias.
En concreto, ReSet ha sido condenado a libertad bajo una fianza de 2.000 euros, así como a la retirada del pasaporte y la prohibición de salir del territorio español durante el tiempo que dure el juicio. Para controlar todas estas medidas cautelares, el joven deberá comparecer periódicamente ante el juzgado.
ReSet, que ha acudido este lunes 13 de marzo a la sede judicial, se ha acogido al derecho a no declarar. Además, a su entrada, ha ocultado su rostro y no ha querido ofrecer ningún tipo de declaraciones ante la prensa.
Una medida ejemplarizante
La decisión llega tras la petición de la Fiscalía de delitos de Odio y Discriminación, que había pedido una prisión provisional eludible con una fianza de 6.000 euros, la retirada del pasaporte y una orden de alejamiento respecto a la víctima, que no ha acudido al juicio porque no ha podido ser localizada.
Además, a pesar de que el vídeo ha sido retirado, la Justicia no ha dudado en tomar también las medidas cautelares que considere oportunas en el caso de que el joven vuelva a subir el vídeo a su canal de Youtube.
Los agentes de la Guardia Urbana barcelonesa habían localizado previamente al indigente y le habían ofrecido la posibilidad de denunciar los hechos, a lo que él accedió.
Al parecer, ReSet le había ofrecido unas galletas y 20 euros. Tras comérselas, empezó a encontrarse mal y a sufrir muchas náuseas. Según relata 20 Minutos, los agentes se encontraron con el propio autor en dicho momento. El joven afirmó que tenía la intención de pasar la noche con su víctima para grabar un vídeo en el que pedir perdón por lo sucedido.
Con esta sentencia, se quiere sentar un precedente ejemplarizante en cuanto a los vídeos distribuidos en redes sociales. ¿Puede ser perjudicial que, cualquier tipo de persona, tenga la capacidad de llegar a miles de personas?
La creciente regulación de internet
La gran influencia que han conseguido en los últimos años las redes sociales ha llevado al Gobierno a impulsar, poco a poco, una legislación que ponga coto a lo que sucede en ellas.
Basándose en la Constitución, que pone límite a la libertad de expresión en los casos en los que se viole el "derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y la infancia", la Justicia ya ha llevado a cabo varias acciones.
Una de ellas sucedió en mayo de 2014, cuando un joven fue detenido por mostrar en Twitter su "conformidad" con el asesinato de Isabel Carrasco, entonces presidenta de la Diputación de León. Se le había imputado un delito de "apología de la violencia".
Lo mismo sucedió con César Strawberry, que fue condenado a un año de prisión por publicar en la red social varios chistes relacionados con la muerte de Carrero Blanco. O con Guillermo Zapata, que fue procesado -y absuelto- por varios chistes sobre las niñas de Alcasser o el atentado que sufrió Irene Villa. Mientras tanto, permanece el eterno debate: ¿atacan estas condenas a la libertad de expresión?