Un hombre armado con un cuchillo ha apuñalado hasta la muerte a un policía cerca de la comisaría central de la Policía de Estambul durante la noche de este domingo 13 de agosto.
La víctima, Sinan Acar, había participado en el operativo que tenía la intención de detener al agresor ante las sospechas que le señalaban como hombre bomba de la organización terrorista Daesh.
Los hechos ocurrieron después de que el grupo de agentes se dirigiera a la casa del agresor con el objetivo de detenerle. Al trasladarle a la comisaría, y sin que nadie sepa cómo explicarlo, cogió un cuchillo y comenzó a atacar a su víctima. El hombre fue rápidamente abatido por la Policía, pero los sanitarios no consiguieron salvar la vida del agente herido.
Ahora, las investigaciones se están centrando en cómo el yihadista pudo acceder a un arma blanca tras haber sido detenido y, supuestamente, cacheado por la Policía. Algunos medios, incluso, aseguran que no pertenecía al Daesh y sí las milicias kurdas DHKP/C, pero la investigación policial le situaba junto al ISIS.
La posibilidad de un atentado terrorista en el país se había constatado por la reciente detención de un individuo que, presuntamente, estaba realizando varias tareas de observación previas a un artentado. Además, esta semana se ha detenido a diez personas en dos operaciones distintas, en las que también se confiscaron armamento y munición ya preparadas y cargadas en un vehículo dispuestas para ser trasladadas.
La presencia del Estado Islámico en Turquía es importante, ya que el país se ha considerado tradicionalmente como puerta de entrada a los territorios controlados por el Estado Islámico. Muestra de ello fue el anterior atentado del grupo, a inicios del 2017, que dejó 39 muertos en una sala de baile
La brigada se encuentra bien situada en Turquía, pero la respuesta del Gobierno está siendo contundente y se ha dedicado a organizar redadas, investigaciones y detenciones contra todos aquellos miembros sospechosos de haber pertenecido al grupo extremista, tal y como señala el diario El Mundo.
Mientras tanto, el Estado Islámico se encuentra en una pérdida constante de territorios e influencia como consecuencia de la intensificación de los ataques que está realizando la coalición internacional liderada por Estados Unidos.