Mathieu Jean-Marc Joseph Rodrigue no quiere que los españoles celebremos San Juan como es debido. Este teórico de la conspiración francés afirma haber dado por fin con la fecha en la que se producirá el fin del mundo. Y atentos, porque no queda mucho: será el 24 de junio de este mismo año.
Su teoría, al contrario que las de los últimos años, se basa en la Biblia. En concreto, está fundamentada en dos pasajes: uno del Libro de las Revelaciones y otro del Apocalipsis. El pasaje escogido por el Libro de las Revelaciones hace referencia a una gran batalla que se producirá entre el Cielo, el Infierno y Jesucristo 42 meses antes del día del Juicio Final. "Le dieron autoridad para actuar durante 42 meses" son las palabras exactas del versículo utilizado por Mathieu Jean-Marc.
La otra pata sobre la que se sustenta su predicción es el 6:6 del Apocalipsis. Dice así: "Y oí como una voz en medio de los cuatro vivientes que decía: 'Un litro de trigo por denario, tres litros de cebada por un denario. Pero no causes daño al aceite y al vino'".
Con estos datos, Joseph Rodrigue se puso manos a la obra. A través de extraños cálculos, unió el 42 que aparecía en el Libro de las Revelaciones con el resultado de la cosecha en función de los datos que aparecían en el 6:6 del Apocalipsis. A todo eso le sumó el número 666, que simboliza al diablo. Aunque parezca imposible, de aquí salió una cifra: la del 24 de junio de 2018.
¿Qué le llevó al francés a fijarse justo en esos versículos? El teórico de la conspiración contesta al Daily Star: "Oí una voz en medio de cuatro seres vivientes que decía: 'Esto es sabiduría. Él, que tiene inteligencia, puede interpretar la figura de la bestia. Representa el nombre de un hombre. Su número es 666".
Su explicación se asemeja a lo que sucede en el 6:6 del Apocalipsis, aunque no explica por qué escogió ese pasaje de las Revelaciones, ni qué es lo que pasará exactamente el 24 de junio. Tocará esperar para comprobarlo.
El listado de profecías del Juicio Final aumenta cada año
No es que no nos creamos a este señor. El problema es que, desde 1999, vamos casi a un fin del mundo por año. Cada doce meses siempre aparece alguna teoría que asegura que, esta vez sí, diremos adiós a la Tierra, pero nunca sucede.
Ya queda lejos el virus informático Y2K que iba a terminar con la civilización tras el comienzo del nuevo milenio. También las profecías de los nuwaubians, que estimaban que en 2003 todo llegaría a su fin. En 2012, fueron los mayas los que se equivocaron, y un año después, san Malaquías.
Sin ir más lejos, en 2017, David Meade, un numerólogo, predijo que el planeta Niburu colisionaría contra la Tierra provocando su destrucción. Fijó primero la fecha en septiembre y luego en octubre. Ni una cosa ni la otra. Ahora es el turno de Mathieu Jean-Marc Joseph Rodrigue. ¿Será esta la definitiva?
