La época en la que España comenzaba a vivir en color y abandonaba el blanco y negro fue un auténtico caos. La sociedad pasó de contar sin ningún tipo de libertad a demostrar la diversidad que había vivido oculta bajo el yugo de la dictadura.
Son tiempos de la Movida, de un renacer cultural oprimido desde la segunda mitad de la década de 1930, de experimentación musical, de un cambio de guión en el cine y de una televisión que intenta abrirse a otras realidades. También es una época en la que ETA mata sin ningún tipo de remordimiento, las brecha social se agrava con una crisis y un paro alarmante, que lleva a muchos jóvenes a la delincuencia y a la droga que entonces recorría las venas de España.
¿Cómo era la televisión y el cine de aquella época? ¿Cómo se plasmaban esos cambios? Y, sobre todo, ¿qué sucedía entonces y que se diferencia de la época actual? Os mostramos todos aquellos momentos que sería completamente impensables en la actualidad.
1 Realismo sin filtros: la entrevista a Jon Manteca Cabañes fumando maría en directo en un plató de La 2
La televisión actual cuenta con muchos filtros como consecuencia de los grandes escándalos que se han vivido en la pequeña pantalla. Sin embargo, en los 80... la cosa era muy diferente.
Quizás por ese movimiento de reacción frente a la dictadura de 40 años, la denominada como 'caja tonta' mostraba muchas escenas que nadie podría plantearse en la emisión televisiva actual.
Uno de estos momentos lo representó Jesús Quintero en 'El perro verde'. En la entrevista emitida en 1988, Jon Manteca Cabañes, conocido popularmente como 'Cojo Mantecas' aparecía bebiendo sin parar todo tipo de espirituosos y consumiendo grandes cantidades de marihuana. En plena televisión pública y en prime time.
Además, en sus declaraciones no dudaba en espetar todo tipo de críticas contra todo el mundo: políticos, Gobierno, Iglesia... y en hablar sin tapujos de su vida, inmersa en la marginalidad y delincuencia que marcarían la época inmediatamente posterior al franquismo, con la lacra de la heroína sacudiendo la calle y a toda una generación.
Algunos acusaron al Gobierno de Felipe González de emplear su imagen en TVE para desvirtuar los movimientos estudiantiles. En aquella época, los jóvenes se estaban echando a la calle para protagonizar protestas violentas con el objetivo de pedir reducciones de tasas o suprimir la selectividad. Y eso daba más de un quebradero de cabeza al Ejecutivo socialista.
La imagen de Jon Manteca pidiendo limosna y uniéndose con sus muletas en mitad de una oleada de disparos en la plaza madrileña de Cibeles dieron la vuelta al país en una época en la que las redes sociales ni se planteaban. Y sirvió para crear todo un personaje mediático que, tristemente, sí representaba la vida de muchos jóvenes que vivieron en un país en vías de desarrollo.
2 Acusar a la Guardia Civil de colaborar con las mafias del narcotráfico
A pesar de ser denostado en la actualidad, el considerado como 'cine kinki' era la representación de una España en la que primaba la libertad de expresión sin cuartel y tras 40 años de represión contínua.
A pesar de la mediocre calidad técnica de las películas, estas piezas son auténticas obras de culto. Pocas cintas cuentan con personajes tan introducidos en su papel. De hecho, Eloy de la Iglesia y todos los personajes estrella de sus películas (que no eran actores profesionales), como José Luis Manzano o Fernández Eguia, vivieron un desenlace fatal tras los preparativos de sus películas 'El pico' y 'El Pico 2'. Solo un último apunte: casi todas las escenas eran absolutamente reales, sin actuación ni efectos de por medio.
Uno de los momentos más polémicos de la segunda película que hemos mencionado, se presenta al final del metraje. En él, aparecen el propio Manzano, reconvertido en el narcotraficante que nunca quiso ser mientras mantiene una conversación con un Guardia Civil.
El agente comienza con las siguientes palabras: "mañana viene una remesa por el Estrecho. Tráeme muchos datos". A ello, Manzano contesta: "Tengo datos, tengo datos". Y el guardia civil responde: "Vale, mañana te quiero a ti". Con ello, se referían a un cargamento de droga del que, evidentemente, se iba a hacer la vista gorda. Pero aún hay más: en algunas escenas, se deja entrever que la Benemérita está fomentando el tráfico de heroína en el País Vasco para evitar sumar a nuevos jóvenes a la banda terrorista ETA. ¿Quién se podría imaginar una escena de estas características en esta época? ¿Habría polémica?
3 Programas musicales como 'La edad de oro', musica y bandas alternativas
La música ha perdido mucho hueco durante una larga temporada. En la actualidad, este tipo de contenidos tan necesarios en nuestra televisión, se han transformado al género del talent show con 'Operación Triunfo' o 'La Voz'.
Sin embargo, en la década de 1980, sí hubo un espacio para los géneros más alternativos, con especial atención en aquella ola que se estaba desarrollando en el centro de Madrid, popularmente conocida como 'Movida Madrileña.
Una de sus representantes más conocidas en la televisión pública, fue la presentadora Paloma Chamorro, encargada de presentar el programa 'La edad de oro'. En su plató se daba cita todo tipo de géneros y personajes underground capaces de dirigirse a un amplísimo público, al que no podrían haber accedido por otra vía.
Grupos como 'Parálisis Permanente', genios como Antonio Vega o históricos como 'Alaska y Dinarama' y 'Radio Futura' empezarían en las ondas una carrera que supuso el despertar de un país que dejaba de vivir en blanco y negro.
Algunas de las sombras que se mantuvieron en la década de los 90
La década de 1990 fue mucho más conservadora que la precedente. Y, quizás por ello, mantuvo algunos de los vicios de las anteriores etapas que, con el tiempo, estamos intentando erradicar. Estas son algunas de las escenas que serían impensables en esta época.
1 Banalizar con la lacra de la violencia de género
España estaba avanzando, pero aún se mantenían muchos desmanes de las décadas que habían marcado el grueso del siglo XX. El atraso cultural que produjo el franquismo se materializó en una falta de concienciación en torno a la violencia de género, una de las mayores lacras representativas de una sociedad patriarcal y machista.
La falta de conciencia en la calle era paralela a la vivida en los medios de comunicación. Sin dejar hueco a las medias tintas, en la propia televisión pública pagada con el sueldo de todos los españoles se llegó a hacer mofa de las víctimas de este problema.
Aún deberíamos esperar mucho tiempo para conocer en realidad qué escondía este problema. El 4 de diciembre de 1997, una mujer llamada Ana Orantes acudía al programa 'De tarde en tarde' de Canal Sur para denunciar las palizas a las que le sometía su marido.
Su testimonio generó cierta conciencia entre la audiencia. Pero, tristemente, habría un hecho posterior que sería determinante: tan sólo 13 días después, su marido acabó con su vida brutalmente.
Desde entonces, nadie volvió a hacer bromas con este problema e incluso el propio Millán Salcedo se ha visto obligado a pedir disculpas por una representación que nadie puede olvidar.
2 La mujer andaluza: relegada al papel de empleada del hogar como secundaria
Derivado del machismo que antes comentábamos, algunas series de televisión utilizaban los clichés para unirlo a otra lacra: los tópicos dañinos contra algunas regiones de España.
El caso de la mujer andaluza era el más paradigmático. En todas las ficciones aparecía representando el papel de empleada del hogar, simpática y con pocos estudios. En ningún caso, como una ejecutiva, líder de un partido o presidenta, es decir, la realidad actual.
Uno de los casos más conocidos aparece representado en la serie 'Médico de Familia', ya en 1990, encarnado en el personaje de Juani, encarnado por la reconocida actriz Luisa Martín, que ahora se emplea como un ejemplo de lo que no se debe repetir.
Estos estereotipos se mantienen en algunas series, como con el colectivo gitano (¿alguien conoce a algún personaje de relevancia que pertenezca a esta etnia?), pero los pasos en este sentido avanzan con el paso de los años.
3 La 'cosificación' de la mujer sin ningún tipo de tapujo
El surgimiento de la televisión privada supuso el final del monopolio de RTVE y el inicio de toda una etapa con mayor diversidad de contenidos. Como cualquier empresa privada, todos los operadores necesitaban una personalidad propia y una programación llamativa con la que captar un público fiel.
Aquí tenemos el estreno de Telecinco y las denominadas como 'Mamachicho'. No vamos a entrar a valorar (a pesar del título que acompaña estas palabras), cómo se representa a la mujer. Juzguen ustedes mismos.
Quizás, y tan sólo quizás, este punto sea el que se mantiene con mayor representación en la actualidad.
4 La poca normalización de las personas LGTBI, siempre relegado a algo alternativo o cómico
Hasta el estreno de 'Al salir de clase' en 1997, el personaje LGTBI quedaba recluido a dos ámbitos: lo alternativo y marginal o lo cómico. En ningún caso se comparaba al mismo nivel a una pareja hetero que a una homosexual.
Desde el estreno de aquella serie, todo ha ido cambiando con el paso de los años, con el cúlmen de 'Física o Química', donde una de las tramas centrales estaba centrada en la relación de Fer y David.
Algunas excepciones, como 'Laberinto de pasiones' de Pedro Almodóvar, son el mayor ejemplo de que nuestro país comenzaba sembrando una semilla que, ahora, por fin está dando sus frutos.
Sin duda, una imagen muy diferente a la que se vivía en otras épocas, aunque refleja lo que ha avanzado la sociedad española en esta materia: quién diría que la ultracatólica España sería el tercer país del mundo en aprobar, por ejemplo, el matrimonio igualitario.