Wonder Woman está a punto de convertirse en la embajadora honorífica más efímera que ha tenido la ONU cuando sea despedida de su cargo el 16 de diciembre, tan solo dos meses después de ser nombrada. Y la culpa la tiene su cuerpo y forma de vestir.
En cuanto la Mujer Maravilla fue elegida como nueva embajadora honorífica, se alzaron voces de protesta contra ella. Wonder Woman fue elegida para representar el feminismo y la igualdad entre hombres y mujeres, pero algunas personas consideraron que se trataba de una contradicción. "Aunque los creadores del personaje puede que intentasen que Wonder Woman representara una guerrera fuerte e independiente con un mensaje feminista, la realidad es que este personaje es una representación de una mujer blanca con pechos exuberantes, de proporciones imposibles y un traje escueto", podía leerse en la petición online que firmaron más de 45.000 personas.
Es decir, que una mujer con un cuerpo considerado atractivo que decide tapar con poca ropa no representa adecuadamente el feminismo. Parece haber una contradicción: la petición demanda que se respeten los derechos de las mujeres mientras censura a una de ellas por ser atractiva y vestirse de forma escueta. Quizá vaya siendo hora de dejar de juzgar la validez de las mujeres por su atractivo físico, sea este mayor o menor.
Además, Wonder Woman fue elegida por una razón. Es mucho más que una cara y un cuerpo bonitos: representa a una mujer fuerte, luchadora y que odia las injusticias. Nació en los años 40 rompiendo el estereotipo de 'damisela en apuros' para convertirse en una heroína que no necesitaba ser rescatada por ningún hombre. Es además una de las primeras mujeres que consigue convertirse en protagonista de un cómic de superhéroes sin necesidad de jugar el papel de 'novia de'.
Por último, Wonder Woman podría haber representado, ya de paso, los derechos de la comunidad LGTB después de su reciente salida del armario. El encargado de su historia actual, Greg Rucka, confirmó este mismo año que Wonder Woman es bisexual.
