El mes de diciembre ha sido el momento elegido por WhatsApp para comunicar una importante noticia a sus usuarios. La aplicación con sede en California ha decidido emprender acciones legales contra aquellos usuarios que abusen masivamente de su servicio de mensajería y lo hagan de forma automática.
La actual plataforma de mensajería instantánea más popular del planeta quiere poner freno al spam. Por ello, ha decidido restringir la posibilidad de mandar multitud de mensajes seguidos sin ningún tipo de penalización. Hasta ahora, cualquiera podía hacerlo, de forma totalmente gratuita y sin ningún tipo de multa. Sin embargo, a partir de ahora prentenden evitar que los usuarios saquen algún tipo de beneficio con esta característica, en muchas ocasiones, utilizada de forma fraudulenta para distribuir links maliciosos o promocionar algún tipo de servicio, mensaje, cuestión, idea o negocio.
El spam tiene sus días contados en la aplicación propiedad de Mark Zuckerberg, creada por Brian Acton y Jan Koum. A partir del 7 de diciembre, la compañía puso en marcha los nuevos términos de servicio de la app, que todos tuvimos que aceptar al acceder y, en ellos, se incluye la premisa de que cualquier persona autora de estas acciones será llevada a los tribunales, pues violan sus condiciones de uso.
¿Puede WhatsApp acceder a nuestras conversaciones?
Que no cunda el pánico. Debido al potente y extremo encriptado de WhatsApp, los desarrolladores e informáticos de la app no tienen acceso a los mensajes y contenidos que enviemos a nuestros destinatarios. Como ya contaban con esto, han tenido que dar con otro método para poder identificar a los que sean partícipes de estas irregularidades, basadas en sistemas avanzados de aprendizaje automático que se dedican a bloquear las cuentas durante 24 horas, es decir, durante un día completo.
No acceden a nuestro contenido, pero pueden descifrar si lo hacemos. El sistema de detección empleado por WhatsApp se realiza en tres fases: el registro, mientras enviamos mensajes y a través del feedback que un usuario otorga a la compañía. Se trata de la información que se aporta cuando quiere denunciar, bloquear o reportar una cuenta que supuestamente hace uso irregular del servicio de mensajería y abusa masivamente de las propiedades para las que ha sido diseñado.
Por otro lado, existe también una forma ajena a la propia plataforma, a través de la cual WhatsApp puede localizar a estos usuarios y que no ha sido desvelada, pero todo gira en torno al hecho de que un usuario alce su voz a los cuatro vientos en alguna otra plataforma, afirmando abusar injustificadamente del servicio de mensajería externa de la app.
