España ya tiene canción para su sexuagésima aparición por el Festival de Eurovisión. Tras semanas de espera, el público ya pudo elegir entre 'Memoria' y 'Voy a Quedarme', siendo soberano para decidir que la balada en voz de Blas Cantó viajará a Róterdam. Volviendo la pública a la senda de las preselecciones de canción, el show fue un homenaje continuo al murciano, que se vio arropado por amigos de la profesión en una gala de una hora y media de duración presentado por Tony Aguilar y Julia Varela.
Con una puesta en escena a cargo de Marvin Dietmann, escenógrafo que le acompañará en Eurovisión, la gala, pese a pecar de impedimentos de sonidos clásicos de RTVE, dejó a las claras las cartas de una televisión española que apelará a la emoción y la balada clásica en Róterdam. Interpretando el de Ricote los temas en apenas diez minutos al inicio del evento, el resto de la gala fue un repaso por la carrera discográfica de Blas.
Hace 17 años le preguntaban a Blas si le gustaría ir a Eurovisión cuando fuera mayor... Está a 91 días de hacerlo. Los sueños se cumplen ???? #DestinoEurovisión
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Edurne, Cepeda, Vanessa Martín o Nía Correia fueron acompañantes de una gala que contó también con piezas donde se repasaron la carrera de Blas Cantó o curiosidades del festival.
'Voy a Quedarme', una balada para emocionar a Europa
España vuelve a la senda de balada que le trajo los dos últimos top-10 en su andadura en Eurovisión. El recuerdo de Pastora Soler primero en Bakú en 2012 y de Ruth Lorenzo en Copenhague dos años después, son los mayores éxitos de una delegación que volvería a intentarlo con una balada en Lisboa de la mano de Alfred y Amaia.
Ahora, con Blas Cantó, recurre al estilo predilecto del murciano. Es un baladista desde que lo veíamos dar sus primeros pasos en aquel 'Veo, Veo' de Teresa Rabal con apenas seis añitos. Ahora, 18 años después, el de Ricote cumplirá su sueño eurovisivo con una balada escrita tras la muerte de su padre y grabada cuando su abuela marchaba por Coronavirus. 'Voy a Quedarme' es la radiografía de un 2020 duro, del amor puro, y del sentimiento a flor de piel.
¿Qué necesitaría España? Pulir los coros, la puesta en escena, y hacer de verdad de un buen tema un producto competitivo. El trabajo de Marvin Dietmann se ha intuido, pero queda mucho por retocar, con el objetivo de que la canción no solo entre por el oído con la magnífica voz de Blas, sino también por los ojos. Hecha la elección el camino es largo hacia Róterdam (o quien sabe si ni siquiera con viaje a tierras de los tulipanes), la materia prima es buena, y la proyección tiene que ser importante. El alma de Blas, ya lo tenemos.
