Las leyes contra la discriminación por razón de orientación e identidad sexual son uno de los pilares básicos en la lucha que el colectivo LGTBI sigue librando a diario. Un pilar que se ha visto amenazado desde la irrupción de VOX en el panorama político españo, y que, al parecer, ya se ha convertido en una las primeras medidas a abatir por los de ultra derecha.
Rocío Monasterio, la candidata de VOX a la Comunidad de Madrid, ya ha expuesto las principales exigencias de su equipo a cambio de retomar las negociaciones con el PP para investir a Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad. Así, Monasterio ha aparcado su entrada en el Ejecutivo, pero ha pedido cambios en leyes de emigración, de educación y en materia LGTBI. En esta tercera instancia la líder madrileña de VOX ha expuesto como exigencia en su "acuerdo único" con el Partido Popular y Ciudadanos, derogar las leyes en la región contra la discriminación por razón de orientación e identidad sexual. Eso sí, lo ha hecho adornando su discurso que ha dirigido a favor de "la libertad de los padres para educar a sus hijos".
Un discurso por la "libertad de educación"
Durante su intervención ante los medios para anunciar sus requisitos de negociación,Monasterio ha propuesto la derogación de la Ley 2/2016, con fecha del 29 de marzo, de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid. Y con ella también pretenden tumbar la Ley 3/2016 del 22 de julio, de Protección Integral contra la LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual en la Comunidad de Madrid. Ambas leyes fueron aprobadas durante el gobierno de Cristina Cifuentes.
Para dar la noticia, la candidata de VOX ha utilizado como pretexto la libertad de educación y hasta ha conseguido que el discurso no sonara tan irrespetuoso como en realidad ha sido. Supuestamente, según sus propias palabras, el partido ultraderechista pretende así garantizar "la libertad de educación y pensamiento" y "la libertad educativa, el derecho de los padres a elegir el modelo que deseen para sus hijos". Y continuó alegando "que los padres puedan excluir a sus hijos de aquella actividad que sea contraria a sus convicciones".
Pero nada más lejos de la realidad. Monasterio anunció de esta manera de tapadillo que VOX pondrá sobre la mesa de negociación con PP y Ciudadanos la derogación de las dos leyes que protegen los derechos del colectivo LGTBI de cualquier manifestación homófoba. Entonces los periodistas reaccionaron pidiéndole precisar cuáles son los aspectos de las dos leyes con los que quieren acabar. A esto Monasterio contestó amontonando cifras refiriéndose a los artículos en cuestión. Los mismos que establecen aspectos tan básicos como la "no discriminación por motivos de identidad de género, expresión de género o características sexuales".
Los artículos que quieren derogar
Aquellos artículos que reconocen la "igualdad de derechos" a todas las personas, independientemente de su orientación sexual; los que obligan a las administraciones de la Comunidad a facilitar la "integración y evitar situaciones de sufrimiento por exposición pública o discriminación". Y también las leyes que proveen "a toda persona que lo solicite de las acreditaciones acordes a su identidad de género manifestada que sean necesarias para el acceso a sus servicios administrativos y de toda índole".
VOX también quiere borrar los artículos que contienen "medidas contra la transfobia", y aquellos que fijan las directrices para "la mejor integración social de las personas transexuales". Y por último también quiere obviar los programas de "sensibilización u otros dirigidos a contrarrestar entre el personal funcionario, laboral, estatutario y sanitario de las administraciones y de los organismos, sociedades y entes públicos madrileños las actitudes discriminatorias, los prejuicios y los estereotipos dominantes por motivos de identidad de género".
Si por VOX fuera, nos tendríamos que despedir de todas estas medidas orientadas a proteger al colectivo LGTBI. Pero por el momento, Rocío Monasterio ha dado a entender que este requisito de derogar ciertos artículos no es innegociable, ya que se trata de "un marco de negociación, y en ese marco las tres partes negocian y ceden". Ahora, solo queda esperar a conocer la respuesta de sus dos partidos amigos, y mantener viva la esperanza, que según dicen es lo último que se pierde. Aunque nos lo estén poniendo realmente difícil.