El afán religioso de VOX y sus vínculos con asociaciones ultracatólicas con Hazte Oír no han impedido que la formación de ultraderecha haya abierto un cisma con la Iglesia por un asunto polémico: su defensa de la dignidad de los migrantes.
La Iglesia del Papa Francisco ha sido muy crítica con las políticas migratorias restrictivas y con el uso de concertinas. Sin embargo, la formación de Santiago Abascal está un paso por encima y apuesta por construir un muro infranqueable en Ceuta y Melilla, algo que ha criticado el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro: "El mundo no se arregla construyendo muros, sino haciendo puentes", ha declarado.
Ante esas palabras, el secretario general de VOX Javier Ortega Smith, ha cargado contra la Iglesia: "Que abran las puertas del Vaticano a toda la inmigración ilegal que crea conveniente".
Ortega Smith también ha pedido a la Iglesia que abandone las cuestiones sociales para centrarse exclusivamente en "las cuestiones de Dios" ya que "los de la Tierra, nos ocuparemos de las cuestiones de la Tierra".
Durante la apertura de la nueva sede del partido en Salamanca, el secretario general de VOX ha señalado al arzobispo de Madrid que "la seguridad de las fronteras no es competencia ni del Arzobispado, ni de la Iglesia católica, ni de ninguna iglesia", sino que es "competencia del Estado".
Ante esta situación, Ortega Smith ha pedido a Carlos Osoro que transmita su idea al Vaticano para que "no tenga muros, abra las puertas" y "llene el Vaticano con toda la inmigración ilegal que crea conveniente".
Un muro infranqueable
Javier Ortega Smith se ha sumado a la idea trumpiana de construir un muro, en este caso con Marruecos, con el objetivo de frenar el acceso de migrantes al interior de nuestras fronteras.
Según el secretario general de VOX, esta medida impediría el "sistema de asalto" consistente en "abrir huecos con radiales eléctricas sobre la alambrada y producir avalanchas de hasta 700 personas en menos de media hora".
Además ha cargado contra el Gobierno de Marruecos y le ha culpado del acceso de personas: "Una frontera puede ser una línea pintada en el suelo o un muro de 50 metros. Lo que tiene que ser es infranqueable. Si el país vecino hace que se respete esa frontera, nosotros estaríamos encantados de que la frontera fuera un seto de margaritas".
Con ello, Smith ha pedido un muro de "entre 10 y 12 metros" con profundidad bajo tierra para "evitar que hagan túneles y que no sea escalable". Y ha asegurado que la propuesta de su partido tiene el respaldo de otras formaciones en Europa, "el grupo de conservadores y reformistas" en el que se encuentran los gobiernos autoritarios de Viktor Orbán en Hungría o el de Kaczynski en Polonia.
