Los voceros de lo que se debe hacer. Los adalides de lucha contra los chiringuitos y los políticos chupópteros. Sin embargo, no han duda en poner la mano para recibir sus correspondientes subvenciones. Sí, se trata del partido liderado por Santiago Abascal, VOX, que ha ingresado en las arcas 2,8 millones de euros tras conseguir un resultado de 52 escaños.
No se están saltando ninguna ley y, realmente, están reclamando algo que les pertenece, pero no cumplen con lo que predican. Solo hay que recordar la lluvia de críticas que recibió Pablo Iglesias por comprarse el casoplón. Se llenaron minutos de informativos y programas hablando con ello. La formación de ultraderecha es un quiero y no puedo. Tira la piedra, pero esconde la mano. Desde VOX explican que, mientras existan estas subvenciones las aceptará, pero que sus miembros serán "más felices" si no hay "ese tipo" de ayudas.
Subvenciones
En el partido insisten que lucharán contra ellas, pero primero pasan por caja. El propio Abascal explica que su formación está "en contra de las subvenciones de los partidos políticos y va a presentar iniciativas" para finiquitarlas. Sin embargo, justifica que Vox toma estas ayudas para no sentirse perjudicado en la "batalla" contra los demás partidos del hemiciclo. Este exponente -el de acabar con las subvenciones-, solo tiene una excepción, según los preceptos del partido de ultraderecha: "la dotación necesaria para la correcta labor de los grupos parlamentarios y municipales".
En número, el partido de Santiago Abascal, recibirá un total de 2,8 millones de euros en concepto de subvenciones que se desglosa de la siguiente forma: 2,07 por sus 3,6 millones de votantes, 770.502 por sus 52 diputados y 29.634 por sus dos senadores. En las parlamentarias, también aumenta la dote al conseguir más representación en las últimas elecciones en el parlamento y senado, en un total de 1,4 millones euros al años, según publica El Diario. Tienen "derecho a ellas porque están dentro de la ley", ha defendido Abascal.