Diecisiete personas han muerto en el estado de Kerala (India) como consecuencia de una infección por un virus hasta el momento desconocido, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los expertos han calificado este virus como extraño y dañino para el cerebro y consideran que podría convertirse en una epidemia en el país asiático.
Se trata del virus Nipah que reside en murciélagos frugívoros del sur y sudeste de Asia y que puede propagarse en humanos a través del contacto con los fluidos de estos animales. Aunque también puede ser transmitido por cerdos o caballos, según Elena Trigo, médico especialista en la Unidad de Medicina Tropical y del Viajero del Hospital La Paz-Carlos III. No existe vacuna ni cura, según explica The New York Times. Sin embargo, el Nipah se encuentra entre las enfermedades prioritarias a investigar para la OMS.
"No existe en el mercado un medicamento para proteger a las personas contra esto", asegura el Doctor Steve Luby, epidemiólogo de la Universidad de Standford. La razón, según cuenta, es que no existe un gran número de personas que sufran el virus y por tanto hasta que no se intensifique, no importará a nadie. La OMS advierte de que la tasa de mortalidad de las personas que contraigan el virus es del 40% al 70%.
Primero llegaría a Nueva York
Si el virus se propaga más allá de la India, los primeros en sufrirlo serían los habitantes de Dubai, donde se encuentran gran parte de los expatriados, según un análisis de patrones de vuelo realizado por el grupo de investigación sin ánimo de lucro EcoHealt Alliance. De esta manera, también han llegado a la conclusión de que si el virus llegase a Estados Unidos, entraría primero por el Aeropuerto de John F. Kennedy, situado en Nueva York.
El presidente de esta asociación, el Doctor Peter Daszak, garantiza que no se trata de una investigación realizada para crear pánico, sino que el objetivo "que los países estén preparados". Y es que en palabras de este doctor el virus "se propagará cada vez más y tenemos qu estar por delante de él".
El Nipah produce síntomas como la gripe, fiebre, dolores de cabeza y vómitos, que a menudo podrían derivar en neumonía, encefalitis o inflamación cerebral. Algunas de las personas que han conseguido sobrevivir presentan efectos neurológicos persistentes, así como cambios en la personalidad.