El sistema penitenciario de asignación de presos según el sexo del que se declaran de forma oral en Inglaterra ha quedado cuestionado una vez más tras el caso conocido de Karen White. Se trata de una presa transgénero de 52 años que es acusada de violar a cuatro reclusas de la prisión inglesa de New Hall, cerca de Wakefield.
White estaba detenida en una cárcel para hombres por tres violaciones que perpetró en 2016 cuando su nombre era Stephen Wood. Al encarcelarlo, dijo que era trans y desde el Servicio Penitenciario se aceptó que fuera enviada a una cárcel de mujeres sin tener en cuenta el motivo por el que estaba detenida.
Según han informado el diario inglés The Sun, hasta el momento la detenida solo ha admitido dos de las cuatro acusaciones por ataques sexuales de las que se le acusa. Estas ocurrieron entre septiembre y noviembre de 2017. Las denunciantes han explicado que recibieron acoso sexual, manoseo indebido, exhibición de sus genitales y comentarios desagradables sobre sexo oral.
Por su parte, el Ministerio de Justicia solamente se ha disculpado tras conocer los hechos acontecidos y ha reconocido que efectivamente no tuvo en cuenta los antecedentes de Karen White cuando tomó la decisión de enviarla a una cárcel exclusiva para mujeres. Por el momento la medida que se conoce que han llevado a cabo es que fue trasladada a HM Prison Leeds, una prisión para hombres de categoría B, después de los ataques a la cárcel.
No es la primera vez
Por desgracia, no es el único caso que se conoce de violadores y depredadores sexuales que al entrar en prisión se han declarado transexuales esperando que los trasladen a cárceles de mujeres. Y allí han seguido comentiendo delitos por abusos sexuales y violaciones.
Según parece el Ministerio de Justicia confirmó que docenas de presos masculinos declarados mujer viven como ellas en cárceles que albergan exclusivamente delincuentes sexuales condenados. Sin lugar a dudas, las cifras dan miedo. Al menos 34 reclusos nacidos con el sexo masculino viven como mujeres en cuatro cárceles especiales para delincuentes sexuales para hombres.
Asimismo, la gran facilidad que existe para ceder el traslado de los presos lleva a cuestionársela y temer por ello. Antes para hacerlo efectivo, el hombre necesitaba un diagnóstico médico de "disforia de género" y al menos 2 años viviendo "como mujer", para recibir un Certificado de reconocimiento de género, o por otro lado, un certificado de una comisión especial de prisiones. Sin embargo, ahora la primera ministra Teresa May ha considerado que basta la autoidentificación del hombre como mujer para su traslado.