Brian Raimundo Céspedes está siendo investigado como presunto autor de la brutal violación en Igualada contra una adolescente de 16 años a la salida de la discoteca Épic de la localidad, durante la noche del 31 de octubre de 2021.
Durante su declaración, ha afirmado que salió de fiesta con sus amigos y que consumió alcohol y varios tipos de sustancias que alteraban su conducta. Además, ha negado los hechos, a pesar de las contundentes acusaciones de los Mossos, que no se corresponde con el hombre con rostro tapado que perseguía a su víctima en el polígono de la localidad y que consumía habitualmente marihuana y hachís.
Tres días después de la agresión, el acusado había buscado noticias sobre una agresión sexual en Igualada. Así lo ha explicado ante la sección 10 de la Audiencia de Barcelona un agente de los Mossos, que vació el teléfono móvil del acusado.
En concreto, aparece la búsqueda "chica violada en Igualada" en Google, donde aparecieron dos noticias relacionadas con estos hechos. Además, se ha aportado como dato que la geolocalización de su terminal coincidía con la víctima en el momento de la agresión.
Varios agentes han explicado que el acusado vestía bombas blancas y unos pantalones y chaqueta negras, según aparece reflejado en las 155 cámaras de seguridad que grabaron el recorrido de la víctima. En este punto toma relevancia un testigo que grabó cómo 11 personas golpeaban un vehículo aparcado sobre las 2 de la madrugada de los hechos, donde aparece un joven "grabado que coincidía plenamente con los complementos" y que este vídeo facilitó su identificación.
Dos mossos que han colaborado en la investigación han declarado que, durante el registro del domicilio del acusado, encontraron la mochila y la ropa que llevaba el acusado durante la noche de la violación, en cuya chaqueta se encontró ADN de la víctima.
"Mayor daño posible"
La Fiscalía mantiene una petición de cárcel contra él de 45 años por los delitos de intento de asesinato y violación. Por el contrario, su abogado pide la absolución, aunque ha introducido como alternativa que, en caso de condena, se apliquen eximentes o atenuantes por alteración psíquica e intoxicación grave ante la cantidad de sustancias consumidas.
Los Mossos que han colaborado en la investigación, expertos en el análisis de la conducta criminal, han afirmado que no tenía tanto la necesidad de buscar satisfacción sexual en sus actos sino "hacer el mayor daño posible a la víctima".
En el caso se destaca que presentaba "lesiones muy graves" en la zona del cráneo y anal, y ha admitido que nunca se había encontrado con lesiones de estas características. Además, ha afirmado que abandonar a la víctima tras estos hechos evidencia su "falta de empatía y arrepentimiento" y ha destacado sus altas posibilidades de reincidencia.
Como consecuencia de estos hechos, la víctima padece un trastorno de estrés postraumático y tiene "todas las áreas de la vida afectadas".