El 'violador del ascensor', nombre con el que se conoce a Pedro Luis Gallego, ha sido nuevamente detenido en Segovia por abusar sexualmente de cuatro mujeres. Gallego había salido de prisión antes de tiempo como consecuencia de la anulación de la denominada Doctrina Parot por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Gallego había sido condenado a 300 años de prisión, pero salió a la cárcel por la decisión de Europa en 2013, pese a contar en su historial con múltiples reindencias, 18 violaciones y dos asesinatos, lo que implicó que tan sólo cumpliera algo más de un año de prisión por delito, al igual que sucedió con la etarra 'La Tigresa'.
La Policía mantenía en busca y captura al agresor desde hacía varios meses, cuando cuatro mujeres habían denunciado hechos similares: el agresor se acercaba por la espalda y raptaba a punta de pistola a las mujeres que pasaban por la calle del Arzobispo Morcillo, situada en el norte de Madrid.
Después de ello, las secuestraba y trasladaba contra su voluntad a un recinto privado, donde perpetraba con ellas todo tipo de abusos sin que nadie pudiese impedirlo. El mismo 'modus operandi' se repitió en todas las ocasiones en las que ha actuado desde que salió de prisión, aunque se desconoce si hay alguna víctima que no denunciase los hechos y que ahora se podría ver motivada a relatar lo sucedido después de que todo haya saltado a los medios.
El agresor actuaba de la siguiente manera: acude en coche al lugar de los crímenes. Allí, descendía del vehículo con la cara tapada y comenzaba a seguir a sus víctimas, siempre de noche para no ser descubierto. En ese momento, las mujeres se percataban de lo que sucedía y comenzaban a correr pensando que se trataba de un ladrón. Entonces, él sacaba su pistola y las apuntaba, amenazando con asesinarlas si no accedían a subir a su coche.
Les tapaba los ojos y las introducía contra su voluntad en el vehículo, para llevarlas a una zona privada donde cometía todos sus actos delictivos. Tras mantenerlas dos o tres horas secuestradas, las dejaba en otro punto indeterminado de Madrid.
Reincidente
El caso ha tomado especial relevancia porque el agresor salió antes de tiempo como consecuencia del final de la Doctrina Parot, y los expertos temían que reincidiese, tal y como ha sucedido en el resto de ocasiones en las que ha sido puesto en libertad.
En el historial de Gallego hay un total de 18 agresiones sexuales y dos asesinatos, los de Marta Obregón y Leticia Lebrato, en 1992, y que motivaron que el agresor fuera condenado a un total de 273 años de los que tan sólo cumplió 21.
Previamente también había ingresado en prisión, la primera en 1979 por una agresión cometida tres años antes. Salió poco después y volvió a entrar y salir en repetidas ocasiones hasta que definitivamente fue encarcelado en 1992.
El acusado mantenía el mismo modo de actuar: aprovechaba su trabajo como mecánico de ascensores para entrar en el portal de sus víctimas, donde las forzaba y encerraba, maltratándolas de una manera muy cruel, según el relato de las propias afectadas.
Un año antes de su salida de prisión, la Justicia quiso garantizar que cumplía pena efectiva hasta, al menos, 2022. Sin embargo, la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que consideró que no se podía aplicar la Doctrina Parot para delitos cometidos antes de su aprobación (carácter retroactivo), forzó la salida de múltiples asesinos, violadores y terroristas. Ahora, se comprueban los crueles efectos de aquella decisión.