Un hombre de 67 años ha sido condenado a dos años de prisión por violar y dar una paliza a una mujer a la que empleaba recogiendo albaricoques en la finca de la que era encargado. Sin embargo, el individuo, que admitió los hechos en sede judicial, evita entrar en prisión tras alcanzar un acuerdo entre las partes.
Según puede leerse en el relato de los hechos probados que recoge la sentencia, la agresión tuvo lugar en mayo de 2019. Víctima y agresor quedaron pasando él a recoger a la mujer con su furgoneta en Archena. Desde allí la llevó a una finca de Yéchar, en Mula, donde paró para extrañeza de la mujer.
Cuando ella le preguntó que qué hacían allí, él la mandó callar: "Cállate. Si no quieres problemas conmigo, haz lo que yo te pida". Pese a la que trabajadora manifestó su intención de marcharse, este individuo se lo impidió: "le propinó un empujón y la introdujo en la parte trasera de la furgoneta, intentando la mujer zafarse en varias ocasiones, sin éxito, debido a los golpes que el acusado le propinaba en la cara, a la vez que la agarraba del pelo".
Fue en la parte trasera de la furgoneta donde se produjo la agresión sexual entre insultos: "Eres una puta. Si has quedado conmigo y te has subido al coche, ya sabías lo que iba a ocurrir". Cuando terminó, la amenazó con despedirla si contaba algo: "Vístete y no digas nada, que nadie te va a creer. Si dices algo de esto tanto tú como tus paisanos vais a perder el trabajo".
Acuerdo entre las partes
La mujer tuvo que acudir al hospital para tratar las lesiones sufridas y a continuación presentó una denuncia contra su jefe, que fue detenido. Pasó seis meses en prisión provisional. En 2022 el caso ha llegado a la Audiencia Provincial de Murcia, aunque no se ha celebrado juicio por conformidad entre las partes.
Según esta conformidad, el hombre ha reconocido los hechos y ha aceptado las penas pactadas. Finalmente la sentencia ha condenado al murciano a dos años de prisión por un delito de agresión sexual, con las atenuantes de reparación del daño (entregó 6.000 euros a su víctima en concepto de responsabilidad civil) y de confesión tardía.
Sin embargo, ha evitado entrar a prisión a cambio de asistir a un programa formativo de educación sexual. En su lugar pasará cinco años en libertad virilidad, periodo de tiempo durante el cual no podrá cometer ningún delito.