Tomar una cerveza o una copa de vino es algo muy habitual en cualquier cena o comida que hagamos. Más aún en España, donde por nuestro clima solemos rodearnos siempre de amigos y familia, por lo que en esos encuentros no puede faltar nunca alguna bebida de este tipo.
Sin embargo, el consumo de estas dos bebidas supone un problema cuando estamos haciendo una dieta o simplemente queremos bajar de peso, por lo que los especialistas recomiendan descartar en todo momento recurrir a ellas si nos hemos marcado algún objetivo.
Es importante destacar en estos casos que la clave para la pérdida de peso es el déficit calórico, es decir, gastar más calorías de las que consumimos para que en nuestro cuerpo disminuya el porcentaje de grasa corporal. Esto se puede producir reduciendo las calorías que ingerimos o aumentando nuestro gasto calórico haciendo deporte.
¿Cuál es mejor?
Dentro de ambas opciones, tanto la cerveza como el vino pueden tener cabida si se consumen de forma controlada, pero lo cierto es que sí hay una bebida que es mejor que otra. Si atendemos a sus valores nutricionales, la cerveza suele encontrarse en torno a las 50 calorías por cada 100 mililitros mientras que el vino cuenta con 70 calorías por la misma cantidad.
Esto podría hacer que la balanza se inclinara del lado de la cerveza. Sin embargo, el problema es que es muy difícil que consumamos únicamente 100 mililitros de esta bebida. Si atendemos a las calorías de una copa de cerveza en total estas aumentan a 150, mientras que en una copa de vino se queda en 105 calorías, por lo que efectivamente una copa de vino es siempre mejor opción que tomar una copa de cerveza.
Por otra parte, cabe destacar que la cerveza sin alcohol sí que es un buen aliado a la hora de adelgazar ya que cuenta con muy pocas calorías y además no cuenta con la sustancia que es nociva para el organismo, aunque lo cierto es que todavía muchos se siguen resistiendo a probarla.
