Con el verano las playas se llenan de bañistas dispuestos a darse un chapuzón o pasear por la arena. Pese al desasosiego que a la mayoría de la gente le produce una jornada de agua y sol, otros encontraran numerosos factores para no asistir de vacaciones a ninguna localidad costera, y así no tener que exponerse a multitudes de gente peleándose por un sitio en primera línea de playa, el incesante ruido, o el calor inaguantable de esos soleados días de julio y agosto. Por otro lado, existe un peligro que muchos no contemplan: las medusas.
Especialmente tras el aumento de la contaminación de las aguas que bañan las costas españolas, la presencia y afluencia de medusas es también notoria y las autoridades se han encargado en los últimos tiempos de avisar de sus peligros. Uno de los dichos que corre desde tiempos inmemoriables es el de aplicar vinagre de vino ante una picadura de este animal gelatinoso. Sin embargo, existen aquellos desconfiados que aún no creen demasiado en este dicho callejero.
En caso de recibir una molesta picadura de medusa, puedes asistir al puesto de socorro más cercano de tu playa habitual. Si por el contrario no hubiera nadie que te pudiera atender, existen tratamientos efectivos contra la molestia que genera la hinchazón en la zona de tu cuerpo afectada. Dejando el vinagre a un lado, puedes utilizar pinzas, guantes o una tarjeta de crédito que ayuden a separar los tentáculos de tu piel, en caso de que permanezcan. Por otro lado, puedes aplicar agua salada para limpiar la zona y una solución de bicarbonato de sodio al 50% o la de sulfato magnésico con agua salada. En cuanto a cremas, es posible aplicar analgésicos o antihistamínicos, que ayuden a reducir los efectos de la picadura. Las pomadas son un buen remedio.
¿Es realmente efectivo?
Existen numerosos métodos que a lo largo de los años se han desestimado por su ineficacia, como por ejemplo el agua dulce, el alcohol, el hielo o la orina. De hecho, no solo no producen un efecto sanador en tu piel, sino que podrían aumentar los síntomas de la picadura, pues activan las "agujas" de los cnidocitos, que son las que contienen el veneno. Entre esos métodos de dudosa fiabilidad se encuentra el vinagre, que naturalmente se suele encontrar en las cocinas o despensas de todas las casas. La aplicación de este ácido ha generado cierto debate entre científicos y sanitarios.
En 2017, el CSIC aconsejaba no utilizar el vinagre como remedio contra el picotazo de una medusa por su efecto rebote, pues según aseguraban, podría agravar el dolor y la molestia. Por otro lado, la Cruz Roja sí ha seguido recomendando su uso. Lo mismo ocurre en la red y en la creencia popular. De este modo, hay estudios que han decidido poner fin a los rumores y averiguar de una vez por todos si este remedio que nuestras abuelas siempre han seguido a rajatabla cumple con la función que le atribuyen.
Las investigaciones han determinado que el líquido, debido al bajos niveles de pH, destruye a las células venenosas que se encuentran en los tentáculos del estos cnidarios, sin embargo no se aplica a todos ellos, especialmente con las cubomedusas. Son un tipo de medusas tropicales en países como Australia. En este tipo de medusas, el vinagre solo motiva que las células ya activas liberen más veneno, y por consiguiente, aumenta el dolor que la picadura produce en nosotros. En España, nos encontramos con la Pelagia Noctiluca, cuya picadura sigue los mismos pasos que la especie australiana en cuestión.
No obstante, las investigaciones confirman que el vinagre es de gran utilidad contra las medusas comunes que habitan en las costas mediterráneas que rodean a la península, como en el caso de la carabela portuguesa. Sin embargo, es necesario prevenir su uso ya que en primera instancia, desconocemos de qué especie se trata. El Ministerio de Sanidad asegura que el ácido del vinagre no tiene ningún efecto sobre el veneno que ya ha penetrado nuestra piel.
A pesar de todos estos remedios y soluciones contra una posible picadura, es cierto la comunidad científica no se pone de acuerdo y existe un debate abierto sobre qué métodos de sanación usar ante una picadura, especialmente por la eficiencia de los estudios realizados, que podrían no representar del todo la situación real de una picadura, por el mero de hecho de realizarse bajo un microscopio, en un laboratorio.