La estancia del comisario Villarejo en prisión está siendo muy angustiosa para la persona que acaparó un gran poder en España. A esa situación se atribuyen muchas de las filtraciones sobre el mundo de la política y la Corona que han salido a los medios durante los últimos meses.
Una estrategia que podría definirse de presión, de desgaste. La gran cantidad de información que Villarejo supuestamente almacena en algún servidor del extranjero y que supuestamente amenaza con sacar a cuentagotas a través de los colaboradores que se encuentran fuera de la cárcel es su mayor salvavidas.
Ahora, en plena formación de gobierno, Villarejo ha remitido una carta desde la cárcel en la que asegura que critica su estancia en prisión y señala a dos ministros del Gobierno de Pedro Sánchez.
"Los españoles deben conocer, lo están conociendo y lo conocerán, que no permitirme declarar en relación a asuntos absolutamente trascendentales puede producir que prescriban algunos delitos, como el pago a un miembro del GAL con un velero lleno de cocaína que el juez Marlaska, siendo instructor, nunca persiguió", asegura Villarejo en su misiva. Villarejo se refiere al actual ministro del Interior, el juez Fernando Grande-Marlaska.
Pero aún hay más: "¿Es acaso concebible en un Estado de derecho merecedor de tal nombre que una conducta tan grave como que 'una juez amiga' sea la delatora de que se había pinchado un teléfono en le sumario Lezo no sea perseguida por temor a las represalias de la aún poderosa Margarita Robles?", dice Villarejo, apuntando directamente a la actual ministra de Defensa.
Después de esto, Villarejo manda un recado: "¿Algún día se investigará con celo bastante el miserable negocio económico que ha pasado y está pasando por vender las grabaciones -tan groseramente sesgadas y calculadamente difundidas- a concretos despachos de abogados y a periódicos afines por valor de millones de euros?".
El excomisario concluye con una afrenta: "Quienes, en una gimnasia de inexperiencia y vana ilusión, creen que tienen ganada la guerra del relato, solo puedo transmitirles una mala noticia. Perderán la guerra de las consecuencias".
Carga contra el exdirector del CNI
Uno de los mayores enemigos del comisario Villarejo es, sin duda, quien fue la gran mano derecha de Soraya en el CNI, el exjefe de los servicios secretos Félix Sanz Roldán, a quien Margarita Robles ha mantenido en el cargo hasta hace pocos meses. Y, en esta misiva, no podía faltar un nuevo recadito contra él.
"Me pregunto hoy si al cesado Sanz Roldán -realmente se acabó su mandato de diez años al frente del cargo- y a todos los acólitos de tamaño menudo que medraban a su alrededor les ha valido la pena haber matado moscas a cañonazos al organizar esta patraña, una de las tantas que han intentado", se ha preguntado Villarejo.
"Con tantas personas discrecionalmente castigadas y con parte de nuestra imagen internacional arrastrada en rotativos fuera de nuestras fronteras, ¿dónde está el triunfo que significa la muerte civil de un comisario de policía que estaba jubilado y supo y quiso mantener en secreto los encargos que le hicieron los gobiernos, de cualquier signo y en cualquier tiempo? ¿Está valiendo la pena el daño gravísimo que se está infringiendo a la Corona, erosionando irreversiblemente la figura de un monarca a quien tanto debemos los españoles", se cuestiona el comisario.
