En el verano de 1993, Mario Conde, tras comprar el 50% de la revista 'Época', le aseguró al rey Juan Carlos I que no volvería a hacerse pública una foto suya. Y en marzo del año pasado, el digital de Eduardo Inda publica una grabación del Rey Emérito a un amigo que data de los años 90, en la que asegura que "nunca he sido tan feliz", en referencia al romance que mantiene o mantuvo con Marta Gayá, una mujer de la alta sociedad mallorquina y que continúa manteniendo una estrecha relación con el ex jefe de Estado, ha informado el periódico 'Público'.
Cuando el río suena, agua lleva. Pero si la cascada es próxima a la monarquía, hay que ser consecuente. Ahora ha sido Ana Romero quien confirmaba en el libro 'El rey ante el espejo' una grabación del comisario Enrique García Castaño, "tronco" del comisario José Manuel Villarejo con los periodistas presuntamente infiltrados, Eduardo Inda y Manuel Cerdán. En la cinta, también se escucha al ex número 2 de la Policía, Eugenio Pino, que desmontó el intento de estos altos mandos policiales y sus portavoces de librarse de las diferentes causas judiciales en las que están involucrados.
Conde, "el chivato"
Eduardo Inda y Manuel Cerdán, no tuvieron suficiente con una de las revelaciones y fueron a por más. Desde un primer momento pretendieron sacar a Corinna, los otros dos escándalos con los que querían chantajear al rey Felipe VI y al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que dirige Félix Sanz Roldán, es decir, los romances de Juan Carlos I con Bárbara Rey y Marta Gayá.
Esa era una información que pertenecía a Mario Conde, quien durante la época del boom económico en España se convirtió en el guardia de corps de Don Juan de Borbón, hasta que su hijo Juan Carlos I, con ayuda de Felipe Gónzalez, lo aparta del camino con la intervención de Banesto.
Lo cierto es que, como desvela ahora Ana Romero, esa información que en los 90 servía como chantaje y moneda de cambio a Mario Conde, no ha servido en esta etapa de Felipe VI para frenar ninguna investigación.
Querella de Podemos
Según Romero, algunas de estas informaciones habían llegado en los años 90 a Manuel Cerdán y Antonio Rubio en 'El Mundo'. Según Rubio, actual director del máster de periodismo de investigación de Unidad Editorial, la información de que los servicios secretos habían pagado a Bárbara Rey fuera de España no se publicó en su momento porque no se podía demostrar.
Pero Villarejo, Inda y Cerdán, con la única intención de salir indemnes de los procedimientos judiciales que les acorralan, desvelaron esa información sin escrúpulos y sin pruebas, en 2017.
El único partido que interpuso una querella por estos hechos fue Podemos tras las revelaciones de 'Público' en 2017. Pero el juez Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional, la remitió a los juzgados de instrucción de Madrid alegando que no era competencia de la Audiencia Nacional. Un año después, los juzgados de Plaza de Castilla no han dado salida a esta orden de investigación de la Audiencia Nacional.
La formación de Pablo Iglesias se presentó como única acusación popular. Sin embargo, Podemos ya se ha personado en otras causas judiciales como el 'caso del Pequeño Nicolás' y el 'caso Nelson' que imputa a Manos Limpias y Ausbanc.
"La noticia aporta las grabaciones y las transcripciones de estos hechos presuntamente delictivos, existiendo por lo tanto indicios racionales y suficientes de criminalidad contra los querellados", alegaron desde la formación morada
