Ángel María Villar, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol y su hijo Gorka, han pagado finalmente la fianza impuesta por el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, por lo que podrán salir de prisión en las próximas horas.
En concreto, el padre ha pagado una cantidad de 300.000 euros y su hijo otra fianza de 150.000. Junto a ellos, saldrá el vicepresidente económico Juan Antonio Padrón, que ha tenido que abonar el mismo importe que el presidente para eludir la prisión preventiva,
Por el momento, ninguno podrá salir de España ni contarán con pasaporte, así como tendrán que estar permanentemente localizables a través de sus teléfonos móviles en todo momento
¿Por qué están siendo investigados?
La macrooperación, denominada Soule en referencia a un juego de pelota francés que se remonta a la Edad Media, parte de una denuncia formulada en 2016 por el Consejo Superior de Deportes y que ha llevado a los investigadores a concluir que Villar supuestamente impulsó partidos entre la Selección Española de fútbol y otras selecciones, para conseguir contraprestaciones en beneficio de su hijo, abogado especialista en derecho deportivo.
Según informa El País, Villar y su hijo están siendo investigados por administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y falsedad documental, todo ello en relación con la organización de partidos internacionales. Junto a padre e hijo, también ah ido detenido Juan Padrón, vicepresidente económico de la Federación, y aún se esperan más detenciones entre la cúpula.
"Se ha podido determinar como el vicepresidente económico de la RFEF se habría excedido presuntamente en sus facultades de administración del patrimonio de la Federación, causando perjuicio a la misma", explica la Guardia Civil en un comunicado que le vincula con la contratación de sociedades de las que habría obtenido un "beneficio propio en forma de contraprestación económica".
Villar fue renovado en el cargo por octava vez en mayo pasado para otro mandato de cuatro años, alargándose así hasta 2020. Leva 29 años, desde 1988, como presidente durante los cuales no ha podido evitar vinculaciones con casos de corrupción en la FIFA, aunque nunca impidieron su ascensión en los puestos de poder del máximo organismo del fútbol internacional.
