Tal vez la solución definitiva para la institución pase porque nos la tomemos un poco menos más en serio.
1 Presidentes pop
Tengo una teoría: si Mickey Mouse hubiera sido Presidente de los Estados Unidos, los yankees hubieran pateado en Vietnam. Todavía más: si Gokuh fuera el Emperador de Japón, en el país del sol naciente nunca jamás volvería a haber deuda. En algunas naciones existen iconos pop tan rutilantes que superan y son más poderosos que cualquier institución pública. Su poder es más efectivo que el mayor de los ejércitos -¿puede más un comando de marines o un escuadrón de Jedis de Lucasfilm?-; lo cual me recuerda a aquella afirmación de que U2 suponía un no sé cuánto por ciento bastante elevado del PIB irlandés. Es decir, ¡si Bono fuera Prime Minister, todo dios compraría bonos de deuda irlandesa!
Por lo general, estos estereotipos pop se mantienen lejos de cualquier uso público, descarado salvo honrosas excepciones tipo Vladimir Putin. Y es que en Rusia sí tienen a un malo de la 'Jungla de Cristal' encarnado en los músculos de Putin -el pobre Obama bien sufre su agresividad de muñeco de acción articulado-. Y he aquí el quid de la cuestión: nuestra situación no es tan distinta. Nuestra heredera al trono, Leonor, es calcada a la princesa de 'Frozen'.Obedece al estereotipo más dulzón y pueril de Princesa Disney que pueda existir; desde la época de La Bella Durmiente hasta las últimas reinvenciones tipo 'Enredados'. Y sí, repito, es nuestra futurible Jefa de Estado.
2 Super Leonor Bros
Si España fuera un país en condiciones, existiría algo así como un Ministerio de Propaganda que ya habría encargado un 'Super Mario' de Leonor de Borbón a Tequila Works -una de las productoras de videojuegos más boyantes del país-: un juego de plataformas que vender en todo el mundo en el que la Princesa de Asturias fuera una heroína que recorre nubes a saltos y se mete en mundos subterráneos a través de tuberías; una manera descarada de aspirar a que los niños chinos tengan a Lara Croft ('Tomb Raider'), Link ('The Legend of Zelda') y Leonor en el mismo nivel. Eso sí sería Marca España.
No habría mejor manera de amortizar bodas reales, ¿os imagináis que a Urdangarín y a Marichalar se les hubiera hecho firmar una cláusula de matrimonio para, al incorporarse a la Familia Real, ser también personajes del videojuego? Hoy serían dos malos de pantalla final: el sedicioso ogro Mandangarín -una especie de Donkey Kong obsesionado con el dinero- y el maléfico brujo Marichalado, que perpetra maldades mientras experimenta con pócimas en su mazmorra-laboratorio. Las esperpénticas situaciones que nos regala la periferia de la monarquía nos aportarían dividendos y no disgustos.
3 Personajes de videojuego
¿Y qué mejor futuro profesional para Froilán que prestar su voz al alter ego de Leonor, el príncipe Fruela? Un megamán bastardeado y retro con muy poco que perder.
Por supuesto, también estaría nuestro Wario particular, la versión maligna de Leonor: su pérfida hermana Sofía, siempre dispuesta a dominar el mundo mediante los más retorcidos y reprobables planes.
Habría cabida para otros personajes gancho, como el conspirativo aprendiz de mago Íñigo o el príncipe zombi Sanchito, recién llegado de la Guerra de los Cien Años. No podría faltar una antítesis de la protagonista: el popstar Justo, que en teoría se disputa con Leonor el cetro de la popularidad sobre las masas plebeyas, pero que, en realidad, acaba siempre siendo rescatado por la princesa, de la que está secretamente enamorado.
El elenco lo completarían castizos secundarios, como una reina medieval hechizada en forma de pajarraco, la reina Urraca de León; esta, aún gruñona, siempre daría buenos consejos a Leonor, además del tostón contándole anécdotas de la historia patria. También podría haber un sucedáneo de la seta Toad, Maceto, una mascota torpe e inoportuna recién salida de la Sevilla más profunda.
En fin, ¿una ida de olla o una solución de financiación para España? Ya puedo imaginarme a la princesa visitando Tokio para la presentación de su nueva aventura para Nintendo y PlayStation. También a chinos ahorrando durante años para poder visitar el Alcázar de los Reyes Católicos en Segovia. Y a Marichalar siendo recibido en un centro de comercial de Singapur cual actor que hace de lord sith en 'Star Wars VII'.
4 Monarquía Mediaset
Y es que, al margen de ser republicano o monárquico -todos llegamos a ponderar la injusticia del sistema hereditario-, parece claro que damos por hecha, al menos por una generación más, a la familia borbona como cabeza del tinglado. Pues bien, ¡seamos prácticos! No creo que sea tan descabellado pedirles una implicación parecida a la de la Reina Isabel de Inglaterra, que salta en paracaídas junto a James Bond, o la de Michelle Obama, que da Oscars a la mejor película y se ve obligada a alternar con Kendrick Lamar y Jay-Z.
No discuto el total arcano en el que hoy se sumen doña Leonor y doña Sofía, a las que vemos cada tres meses -son niñas ante todo-, pero quizás Casa Real podría seguir este consejo y contemplar nuevas estrategias para explotar su producto. Por su propia supervivencia como institución y porque todos nos ganemos unas pelillas, ¡es cuestión de tiempo que Mediaset acabe atando a Froilán, eh! Mejor que se adelanten a 'GH VIP 5'.