No hay nada mejor que tener las ideas claras cuando vas a Eurovisión. No tener que recurrir a artificios o mensajes pensados es una garantía de éxito en un festival donde tienes una ventana de tres minutos para convencer a público de toda Europa siendo tú. Si bien en otras etapas o candidaturas España se ha visto obligada a recurrir a conceptos complejos, extraños o poco asociados de primeras con la candidatura, este año con Blanca Paloma esos problemas se han disipado por completo.
Y es que la dualidad de la ilicitana entre ser cantante y escenógrafa deja las cosas mucho más fáciles, así como la suerte de contar una historia tan propia como la de adaptar una nana que le cantaba su abuela Carmen desde bien pequeña. Todo queda en casa, y por eso en cada producto que se genera de la candidatura, se nota ese mimo y sobre todo esas ideas claras.
Algo así ha pasado con el videoclip, el que se estrenó finalmente en la noche del jueves durante la emisión de un 'Cover Night' muy eurovisivo, con Mónica Naranjo y Chanel Terrero en el elenco de presentadores y colaboradores. En un videoclip dirigido por Ángel Pastrana y producido por RTVE en colaboración con Viura Estudio, la pública considera la pieza "la carta de presentación de la candidatura española en Europa", con la que se pretende "pellizcar" los corazones europeos.
Una fuerza basada en la tradición
Acompañada de sus cinco bailarinas Paloma Scharfhausen, Angelica Moyano, Paula Valbuena, Paula Gironí y Amanda Nóbrega, Blanca Paloma hace del menos es más, integrando un elemento que valoró para Benidorm Fest y que finalmente no entró en escena: la clásica silla de enea que está tan asociada al mundo del flamenco.
Más de 300 velas, las clásicas telas que ya vimos en Benidorm o esas sillas, organizan un videoclip grabado por primera vez también en formato vertical para su consumo en TikTok. Referencias a Lorca, Santa Teresa, Saura o Olafur Eliasson cierran un concepto que puede ser en cuanto a mimo y producción el mejor videoclip creado por RTVE para Eurovisión de los últimos años.
De esta forma, así sigue el camino de Blanca Paloma a Liverpool, basado en trabajo y sin hacer demasiado caso al ruido de alrededor. Lo que sí queda claro con el videoclip, las fotos oficiales realizadas por Valero Rivera en el Museo del Prado, o el mimo de cada acción, es que España tiene una propuesta que si consigue llevar con presencia al escenario de Liverpool, puede soñar con ganar el festival. A esencia y potencial, no le gana nadie.