Que el machismo sigue muy presente en nuestra sociedad, no es ninguna novedad. Basten como ejemplo las 44 mujeres que han muerto a manos de sus maridos durante todo el 2016. Sin embargo, esta lacra alcanza hasta los ámbitos más íntimos de la vida cotidiana, algo que han podido experimentar la mayoría de mujeres.
Para que seamos conscientes de lo que está sucediendo, un grupo de personalidades públicas del ámbito deportivo, político, artístico y del periodismo han querido manifestar algunas de las dificultades a las que se han enfrentado durante el desarrollo de sus carreras, en un vídeo que ha publicado El Diario.
Una lacra que llega a todos los ámbitos de la sociedad
Esto es, por ejemplo, lo que le ha sucedido a la directora de cine Leticia Dolera: "cuando buscaba financiación para mi película e iba con mis productores, todas las preguntas iban hacia ellos. ¿Qué pasa con la directora? ¿No puede opinar?". Una situación similar a la que ha vivido la cantante Eva Amaral: "cuando grababamos una canción, si yo le pedía que bajase el volumen de algo, buscaba a Juan Aguirre -el otro componente del dúo- para su aprobación. Sin embargo, cuando él lo pedía, el técnico ni me consultaba". Mientras tanto, una mujer mantiene un salario anual medio de 6.000 euros menos que un hombre.
Desde el ámbito de trabajo, al ámbito de los medios de comunicación. La jugadora de baloncesto Amaya Valdemoro se muestra descontenta porque "cuando hemos ganado un campeonato solo hemos sido noticia un día", algo que no sucede en las categorías masculinas. Sobre el tratamiento en los medios, Inés Arrimadas se ha quejado de que en los debates del Parlament, los hombres sean noticia por sus palabras y las mujeres por su vestimenta.
En el ámbito científico, la investigadora oncológica María Blasco se queja de que en las conferencias solo participa un 18% de mujeres. Quizás a ello contribuye el papel en el que, aún, se quiere encasillar a la mujer en la sociedad. La portavoz de Ciudadanos en el Parlament de Cataluña, Arrimadas, se queja de que se la pregunte por el jefe cuando ella lo es. Y es que en el ámbito del poder, hay muchos que no comprenden que una mujer lleve las riendas. Elena Valenciano ha tenido que aguantar que le tachen de "mandona" por ello. Y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que se la llame "estricta gobernanta" o "sadomasoquista" por enseñar un poco el pie y el tacón en redes sociales. Mientras tanto, solo un 13% de los altos cargos están actualmente ocupados por mujeres.
Pero no todo se produce en el ámbito público. El machismo se palpa en el día a día, en la cotidianeidad. La portavoz de Podemos en la Cámara andaluza, Teresa Rodríguez, ha tenido que soportar que un hombre se masturbe porque se quede dormida en un autobús. La periodista Rosa María Calaf, que la cuestionen por ir sola sin la mano de un hombre. La escritora Cristina G. de la Cueva, que su novio le llame "puta" por hablar con sus amigos. La periodista Lucía Mbomío, que le pregunten cuánto cobra por estar en Gran Vía. Pero lo peor de todo llega cuando se mezcla machismo y xenofobia. A Mbomío le han llegado a insinuar que estaba con su marido por los papeles. Ella es negra, nacida en Madrid. Él blanco, nacido en Brasil.
Ante todo ello, 44 mujeres, recordamos, perdieron su vida a manos de sus parejas en 2016. ¿Hacen falta más comentarios?