El día de nuestra boda es una jornada imborrable en nuestro proyecto vital, especialmente porque se trata, para muchos, del momento en el que damos el gran paso con la media naranja para empezar una nueva vida jen pareja.
Sin embargo, una pareja de Beirut esta fecha, además, se va a convertir en el recuerdo de la tragedia, de la gran explosión, en primerísima persona. La detonación que ha destrozado parte de la capital del Líbano y se ha cobrado la vida de más de 100 personas durante la tarde de este martes 4 de agosto.
Así es como lo ha vivido Israa Seblani, una joven de 29 años que ejerce como profesional sanitaria en un hospital de Estados Unidos. Llevaba tres semanas en Beirut porque se estaba preparando para la boda que iba a celebrar este lunes con su novio, Ahmad Subeih, un empresario de 34 años.
La joven asegura que estaba ilusionada con la ceremonia: "Llevaba preparando para mi gran día durante dos semanas y estaba tan feliz como todas las demás chicas, me iba a casar. Mis padres estaban felices de verme con un vestido blanco, me veía como una princesa", ha afirmado al diario The Hindu.
Pero todo cambió con la explosión. Tal y como se aprecia en las imágenes, Seblani estaba haciendo un book de fotos cuando, de repente, todo se vino abajo. "¿Qué pasó aquí? No hay palabras para explicarlo... Me sorprendió, me preguntaba qué había pasado, si iba a morir... ¿Cómo voy a morir el día de mi boda?".
La joven afirma que no sufrió ningún daño relevante durante la detonación y que pudo ayudar a algunos heridos a abandonar la zona para ponerse a salvo, ya que su condición como médico le permitía actuar con mayor conocimiento.
Ambos ya se han casado
La joven se encontraba a más de un kilómetro de la explosión, de manera que la onda expansiva afectó de manera significativa a la zona en la que se encontraba. "Empezamos a caminar y era todo muy triste, no se puede describir la devastación y el sonido de la explosión. Todavía estamos en estado de shock... Nunca escuché nada similar al sonido de esta explosión", rememora.
Pese a la tragedia, la pareja finalmente tomó la decisión de seguir hacia adelante con el enlace, que se ha adelantado: "Mi esposo me dijo que siguiéramos adelante, no podíamos pararlo. Estaba bien, por qué no, así que continuamos. En realidad, no estaba viviendo el momento: era como caminar, mi cara sonreía, mis labios sonreían, eso es todo, nada más. Luego fuimos a cenar".
Ambos pasaron la noche en casa de unos familiares y, al día siguiente, fueron al hotel que habían reservado para recuperar sus pasaportes y equipaje. Según recuerda la joven, la habitación estaba completamente destartalada como consecuencia de la onda expansiva, que había tirado todo por el suelo.
Ahora, ella regresará a Estados Unidos mientras que su marido esperará unas semanas en el Líbano a la espera de conseguir el visado con el que finalmente también pueda instalarse en el país norteamericano.
Ambos tienen claro que no es momento de volver a su país, que además de esta tragedia, sufre una crisis económica, política y social de calado: "Hay mucho daño, muchas personas murieron o resultaron heridas. Pero agradezco a Dios por protegernos y escapar ilesos. Esto solo me hace sentir optimista y mantener la alegría de la razón por la que vine a Beirut".
