"La crisis no ha terminado. Lo habrá hecho para los políticos o para los ricos, pero no para todos". Así de tajante se muestra Carmen Heredero que, a sus 51 años, vive acudiendo de público a los programas de la televisión porque no encuentra trabajo. "Esto es una ayuda, no me da para vivir", reconoce.
A pesar de la bajada del desempleo, más de tres millones de españoles no encuentran sustento y Carmen se encuentra entre ellos: "A mi edad no veo color, como no me toque la lotería...".
Es el problema que enfrenta el mercado laboral en nuestro país. El 40% de los mayores de 50 años lleva más de cuatro años buscando empleo, según un estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Y esto, al final, dificulta una forma de ganarse la vida: "Vivo de lo que me da mi madre de comer, no tengo otra", se lamenta Carmen.
Su despido se produjo en 2012, uno de los peores años de la crisis. España vivía bajo el temor del rescate y el miedo a superar los seis millones de parados se palpaba en el ambiente. Carmen no tuvo suerte: "Me llamaron para acudir a la oficina. Y allí, me dieron la carta de despido".
Su trabajo en la Biblioteca Nacional se vio afectado por los recortes progresivos que estaba ejecutando el Gobierno: "Primero dijeron que iban a reducir personal, luego que iban a expulsar a las de limpieza y luego nos fuimos a la calle casi todos".
Hicieron todo tipo de "tretas" para declarar el despido como procedente
Seis años trabajando en una empresa permiten amasar una indemnización considerable, teniendo en cuenta que ya poseía un contrato indefinido. Por ello, realizaron todo tipo de tretas para declarar el despido como procedente: "Como no me querían pagar, intentaron cabrearme constantemente para que me fuera por mi propio pie o armase algún pollo, pero aguanté". Y, al final, "me dijeron que no había presentado un justificante por enfermedad, que sí había entregado. Por ello me sancionaron y finalmente me echaron rebajando la indemnización".
La situación, con un hijo que mantener, fue muy complicada. Primero, dos años viviendo del paro y de la solidaridad de su madre: "Tuve que ir al psicólogo, como mucha gente que se ha visto en mi situación". Después, reinventándose como público tras encontrar una oferta en Milanuncios.
Ahora, con su papel en la tele y haciendo encuestas o estudios de cosméticos, consigue ganar unos pequeños ingresos: "Lo máximo que he ganado han sido 300 euros, pero al menos me sirve para no quedarme en casa comiéndome la cabeza".
El sueño de Carmen Heredero pasa, ahora, por volver a un puesto similar al que tenía: "Me gustaría algo como conserje, espero que salga, porque yo echo currículums". Mientras tanto, seguirá yendo de público, como hace prácticamente todos los días. En el reportaje que acompaña estas líneas podrán comprobar de primera mano la vida de nuestra protagonista.