La historia del joven cómico, publicista y cineasta Ross Asdourian, de 32 años, es de lo más particular y dolorosa. Una noche de "calentón" que podía convertirse en una bonita noche de fiesta sexual se convirtió en todo un desastre. La pesadilla la vivió una noche de 2015 en Nueva York y ahora la recuerda con tono humorístico y la relata en su libro 'Broken Banana' (Plátano roto').
"Básicamente, nos acercamos a la línea de meta", explica Asdourian intentando ser sutil y no entrar en detalles desagradables a 'CNN'. "Lo saqué, y cuando volví a meterlo, ella estaba retrocediendo y, básicamente, simplemente reventó". El hombre acababa de sufrir una rotura de pene, específicamente, una fractura del cuerpo cavernoso (que es el tejido esponjoso que se llena de sangre para permitir la erección) por la fuerza del impacto. Según describe Asdourian, ese reventón fue acompañado de un audible 'pum'.
"Supe de inmediato que algo andaba mal y pasé directamente al protocolo de emergencia. Respiré con dolor un par de veces, giré, encendí las luces y llamé al 911". Como recuerda con humor, el primer urólogo que le atendió en urgencias fue el doctor Wang, que ya es una casualidad chistosa que esa palabra aparte de ser un apellido de origen chino bastante común es una forma coloquial en inglés de referirse al pene. El especialista le pidió que orinara en un tarro, pero Andourian fue incapaz. Ahí, si aun aquello podróia provocar risas, estas se pararon en seco: "Se puso en marcha la cuenta atrás".
Ruptura de la uretra
El siguiente paso fue realizar una cistoscopia, es decir, la inserción de una cámara en el interior del pene. La prueba descubrió que no se trataba de una fractura de pene común. "Cuando se ejerce demasiada presión sobre el cuerpo cavernoso, la envoltura externa que lo rodea, la túnica albugínea, puede romperse. Piensa en un globo de agua que revienta" le explicó el siguiente médico que le atendió, Rajveer Purohit, del hospital Mount Sinai. Sin embargo, Andourian corrió peor suerte y se había desgarrado ambos lados del tejido, provocando la ruptura de la uretra, un lesión de la máxima gravedad.
El joven no solo corría el riesgo de quedar impotente, sino que el tejido cicatricial de la uretra podía impedirle volver a orinar correctamente, y con ello el consecuente riesgo renal. Entonces, Purohit procedió a una intervención de tres horas. "Hice una uretroplastia, donde limpiamos los bordes de la uretra y luego volvimos a juntar los dos bordes". A partir de entonces, comenzó un periodo de recuperación de cuatro semanas.
Ya está recuperado
"Espero que le llegue a la gente y les haga reír, especialmente en los momentos malos", explica Asdourian en la presentación de su libro. "Lo que me ocurrió únicamente a mí es básicamente la peor pesadilla de cualquier hombre". Ahora, afortunadamente, el joven no solo ha recuperado la capacidad de orinar y las erecciones, sino que meses después del incidente, sorprendentemente, volvía a mantener relaciones sexuales. No sabemos si con la misma chica de aquella noche, pero sí que esa noche aunque es para olvidar difícilmente lo hará.