Ha comenzado el juicio por la violación y asesinato de Laura Luelmo, la joven zamorana de 26 años que se trasladó a El Campillo (Huelva) para cubrir una baja como profesora. Pocos días después de instalarse, el 12 de diciembre de 2018, desapareció. Tras cinco días de búsqueda, su cadáver fue encontrado con varios signos de violencia.
Al día siguiente fue detenido el vecino de la joven como autor del crimen: Bernardo Montoya. Desde entonces ha permanecido en prisión a la espera del juicio y en 'El programa de Ana Rosa' han relatado cómo es su vida dentro de la cárcel de Sevilla. "Ha cambiado mucho su actitud, su comportamiento, su carácter respecto a los años que él estuvo en prisión antes del asesinato de Laura Luelmo", ha relatado la reportera.
Hay que recordar que Montoya ya estuvo en la cárcel. Salió de ella tan solo dos meses antes del crimen de Laura Luelmo, después de cumplir una condena de dos años y diez meses por dos robos con violencia contra mujeres ocurridos en 2015. Previamente había cumplido otra condena de 17 años y nueve meses, en esta ocasión por el asesinato de una anciana. Durante un permiso de aquella condena, trató de agredir a una joven hiriendo a su perro de una puñalada cuando fue a defenderla. Por aquello fue condenado a un año y seis meses.
"Antes era un preso conflictivo, chulesco, que trataba de imponerse. Incluso había llegado a tener una agresión hacia un funcionario", relata la reportera del magazine de Telecinco. Una actitud que, durante los últimos tres años, es "radicalmente diferente".
Montoya ha estado en aislamiento todo el tiempo, sin problemas con presos ni funcionarios, "allí ha mantenido un perfil bajo, ordenado, obediente, con una actitud siempre cordial". "Sí que ha tenido problemas con algunos internos pero parece que han sido ellos los que le habrían increpado", apunta la periodista, que asegura que "recibe visitas de su hermana y de una amante, que le visita periódicamente".
Montoya inculpa a su exnovia
Bernardo Montoya está manteniendo en el juicio la misma versión que ha defendido desde la fase de instrucción de la causa, señalando a su ex pareja como autora material del crimen. Sin embargo y aunque en un `principio fue investigada, finalmente fue excluida.
Aunque en un primer momento, tras el crimen, Montoya confesó tanto en sede policial como judicial, en incluso ante las cámaras de televisión, ser autor de los hechos y pidió perdón a la familia, meses más tarde cambió su versión asegurando que era inocente y culpando a una mujer que fue su pareja sentimental. Dijo que esta mujer actuó movida por los celos y que él se culpó "por amor y porque no estaba en condiciones muy idóneas".