La boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio se ha celebrado como uno de los eventos del año. Y para esta cita tan especial, los novios habían marcado unas condiciones bastante estrictas que todos los invitados deberían cumplir, sin excepción. Quizás con motivo de ser una de las bodas más mediáticas del año, todo el que acudiera a la celebración debía acatar una serie de reglas, entre las que se especificaba el evitar ciertos colores en la vestimenta.
Entre los colores que los invitados, y en especial ellas, debían eludir, se encontraba el blanco, como es habitual para no eclipsar a la novia, y el negro, por ser el color del luto. A esta lista, los contrayentes añadieron el rosa, el rojo, el naranja y el verde, todavía no se sabe por qué. Lo que el futbolista y la presentadora no se esperaban es que esta norma básica se la iba a saltar una de las invitadas más aclamadas y esperadas por las cámaras y los focos.
La confirmación de que David y Victoria Beckham acudirían a la boda fue uno de los noticiones previos al enlace. Por eso, unos minutos antes de la ceremonia, todas las miradas buscaban a la pareja a las puertas de la Catedral de Sevilla, el edificio histórico elegido por los novios para darse el "sí, quiero". Y como era de prever, Victoria, como el icono de la moda que es, ha cumplido con todas las expectativas, y para ello, ha tenido que saltarse el protocolo específico del evento, siempre a favor de la tendencia.
La tendencia siempre por delante
La ex Spice Girl, acompañada de su marido, se plantó con un vestido de su propia colección del color más prohibido por todos los protocolos de todas las bodas tradicionales: el blanco. Eso sí, un blanco roto, decorado con un estampado de cadenas. Para complementar el vestido de largo midi, ocultó su rostros con unas enormes gafas de sol, de las que nunca se separa, y le dio un toque de luz con los tacones, en otro de los colores prohibidos: rosa fucsia.
Al margen de la polémica, el evento transcurrió con total normalidad, hasta lo que la prensa ha podido saber. Aunque poco se pudo conocer de lo que ocurrió durante la noche, ya que otra de las normas más estrictas era la prohibición de utilizar el móvil durante la celebración, Victoria Beckham alimentó un poco más la controversia, al subir un insta story a su perfil de Instagram en el que anunciaba que se había cambiado de zapatos para la fiesta, después de la ceremonia. Pero no lo hizo para cumplir con el protocolo, ya que no sustituyó los tacones fucsias por unos azules, o morados, sino que lo hizo por unos naranjas, otro de los colores vetados por los anfitriones.
Los mejores analistas de moda y tendencia afirman que, sabiendo el curioso dress code que se obligaba a seguir para el evento, la diseñadora, empresaria y cantante, ha sido fiel una vez más a su imagen más definitoria. Como la ocasión lo merecía, Vicky Beckham recuperó un diseño muy significativo, apostando por un look de sus colecciones propias, que también difinió la imagen de la última apuesta premamá de Meghan Markle. La duquesa de Sussex eligió el mismo tejido para celebrar el 11 de marzo de 2019 el Día de la Commonwealth, según informa Hola.
Ni caso al protocolo
Pero Beckham no fue la única acusada de saltarse las normas impuestas desde la organización. Nati Abascal acudió vestida de rosa integral, otro de los colores vetados. La sevillana acompañó su vestido rosa de un fajín con flores blancas y flecos, que rompía el tono monocromo.
Antes de partir hacia el evento en el centro de Sevilla, Victoria Beckham quiso compartir con sus seguidores una imagen con su marido en su perfil de Instagram. Posando juntos en un tradicional patio andaluz en el que lucía su vestido, (recordemos, blanco), ella misma desveló una de las incógnitas mejor guardadas y más esperadas por sus fans y demás curiosos de la moda. Así la diseñadora sorprendió a todos, sembró la polémica, y demostró que en su estilo no hay protocolo que valga.