Entre lágrimas, nervios y detrás de una mampara para no ver a los violadores. Así ha declarado la víctima del caso de 'La Manada' de Manresa en la Audiencia de Barcelona, después de que el juez pospusiera la vista para el pasado lunes 8 de junio tras la declaración de los siete imputados dias atrás. Desde una pantalla, el grupo de agresores, formado por Daniel David, Maikel, Marco Antonio, Yordanis, Walter y Brian, ha podido contemplar el discurso de la víctima, al mismo tiempo que esbozaban sonrisas, gestos de desaprobación, bufidos, e incluso risas.
Los testimonios de la joven han sido estremecedores, hasta tal punto que las lágrimas fueron un pequeño atisbo de lo que pudo sufrir aquella noche del 29 de octubre en el interior de la fábrica abandonada en Torre d'en Vinyes, Manresa (Barcelona).
Los seis hombres, cuyas edades oscilan entre los 19 y 26, presuntamente violaron por turnos a la adolescente, que por aquel momento tenía 14 años. Otro chico, miraba pasivamente masturbándose mientras que el resto cometía el delito, atemorizando a la chica, que ahora tiene 17 años, con pistolas por las que se sintió "intimidada y amenazada". Esta puntualización puede ser decisiva en la sentencia y puede conllevar a que la acusación a los siete jóvenes torne hacia un delito de agresión sexual con intimidación y violencia, en lugar de abuso. Algo parecido al caso de 'La Manada', cuya sentencia ascendía a 15 años tras la decisión del Supremo y condenar al grupo por violación.
Drogas, flashes y mucho caos
La víctima no recuerda bien lo que sucedió, pues considera que los "flashes" que le vienen a la mente son producto de alguna droga que le pudieron haber puesto en su bebida, pues los acusados las servían a escondidas, además también había consumido marihuana.
La menor ha identificado ante el juez a cuatro de los siete acusados como responsables directos del delito. El resto, fueron identificados por la joven con ayuda de una amiga, Melody, que acudió con ella a la fiesta y le ayudó a completar el relato que han proporcionado al fiscal en la vista.
Brian, así se llama uno de ellos, era algo más que un amigo de la víctima, pues habían mantenido relaciones sexuales una semana antes de manera voluntaria, según ha declarado la menor. Nunca desconfió de él, sin embargo fue el primero que se atrevió a forzarla, para después animar al resto de chicos a hacerlo en turnos de 15 minutos.
La sentencia de la Audiencia de Barcelona podría determinar una pena de diez a diecinueve años de cárcel por un delito de abuso sexual, aunque esto podría agravarse de considerarse que oficialmente la víctima fue atemorizada y por lo tanto, se le añadiría violación con intimidación, debido al uso de un arma de fuego como instrumento de amenaza directa, aunque en la declaración de los agresores, uno de ellos negó la posesión de la misma. El séptimo, acusado de un delito de omisión de socorro, tendrá que hacer frente a una multa de 4.320 euros.