El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, auguró el martes en un discurso antiabortista el fin de la práctica legal del aborto en Estados Unidos, que estaba consagrada en el país norteamericano desde 1973 al declarar inconstitucional cualquier interferencia del Estado en la decisión de la mujer sobre el embarazo. Pence fue un orador principal en un almuerzo organizado en Tennessee por los grupos antiaborto Susan B. Anthony List (Lista SBA) y Life Issues Institute (LII).
El vicepresidente dijo que su relación de 25 años con la Lista de la SBA ha sido "una de las más significativas de mi vida" y llamó a Donald Trump "el presidente más pro-vida en la historia de Estados Unidos", destacando el "gran progreso" realizado por el magnate para limitar el acceso de las mujeres a abortos legales en los EE. UU. y en el extranjero.
Además, llamó a los activistas en la sala a trabajar cada vez más para ayudar a "restaurar la santidad de la vida al centro de la ley estadounidense". También hizo una sugerencia sorprendente: que el aborto legal podría "una vez más" prohibirse en los Estados Unidos y podría suceder "en nuestro tiempo"."El Presidente reinstauró la Política de la Ciudad de México para evitar que los dólares de impuestos estadounidenses financien organizaciones que promueven o realizan abortos más allá de nuestras fronteras", dijo Pence, un devoto cristiano que ha sido descrito como uno de los republicanos más antiaborto de Washington.
"Nuestra administración ha detenido el financiamiento de los EE. UU del Fondo de Población de las Naciones Unidas, por lo que los contribuyentes estadounidenses ya no se ven obligados a apoyar el aborto en todo el mundo", agregó el vicepresidente. Sus palabras fueron recibidas con aplausos. "Y no puedo decirles lo orgulloso que estaba en mi papel como presidente del Senado de emitir el voto decisivo sobre un proyecto de ley que el presidente firmó para permitir que estados como Tennessee cancelen Planned Parenthood".
Marcha por la vida
Trump no siempre ha tenido la misma opinión en el tema del aborto, pues en una entrevista de 1999 con el programa 'Meet the Press' de NBC dijo que era "muy proelección" y que se oponía a cualquier prohibición del aborto.
Sin embargo, sus acciones hoy son muy distintas a su versión hace casi 20 años. Trump creó un grupo dentro de su Gobierno destinado a defender a los doctores que, por razones religiosas, se niegan a practicar abortos. Además, prohibió el uso de fondos públicos para financiar a organizaciones que practican el aborto en el extranjero.
Asimismo, en la marcha realizada el pasado 19 de enero, miles de estadounidenses contrarios al aborto se reunieron y contaron con la participación del propio Trump, a través de una videoconferencia.
"Me siento honrado y muy orgulloso de ser el primer presidente en estar aquí con ustedes, desde la Casa Blanca, para dirigirme a la 'Marcha por la vida'", declaró a través de una pantalla gigante el primer mandatario de la historia estadounidense en estar presente en este tipo de actos.
El presidente denunció tener en Estados Unidos "una de las leyes sobre aborto más permisivas del mundo" y añadió que su país figura entre "los únicos siete países que autorizan el aborto al final del término, con China, Corea del Norte y otros".