No son pocas las personas que viajan a otros países para acudir a clínicas estéticas de bajo presupuesto y ahorrarse así algo de dinero. Entre los destinos más comunes se encuentra Turquía, país que se ha hecho famoso por los injertos capilares entre los hombres, pero donde también se realizan otro tipo de intervenciones.
Maribel, una mujer de 64 años de Los Barrios (Cádiz) se trasladó en septiembre hasta este país para operarse el pecho, invirtiendo en ello todos sus ahorros. Una vez allí, le ofrecieron la posibilidad de arreglarse la dentadura a mitad de precio que en España y lo aceptó sin saber el calvario que se le venía encima.
"Yo le dije al dentista que quería blanquearme los dientes y cambiarme dos puentes, me dijeron que sí. Me pusieron la anestesia en la boca y cuando me di cuenta me pasé la lengua y noté que no tenía ni un diente", ha narrado en 'El programa de Ana Rosa', donde ha denunciado su situación.
Al pedir explicaciones a los responsables, estos le indicaron que no pasaba nada, que volviera en unos cuatro meses y terminarían el proceso. Maribel regresó a España con el convencimiento de que en su segunda visita le colocarían los implantes, sin embargo, cuando volvió este enero, comenzó su pesadilla.
En su segunda visita a la clínica turca solo le ofrecieron una dentadura de mala calidad que, además, no era de su tamaño. "No puedo ni ponérmela porque me hicieron mal el molde. Es como para un caballo", lamenta. "Que la gente sepa en manos de quién se pone, a la que vaya le deseo mucha suerte porque yo no la he tenido", añade.
Cirugía "tercermundista"
Más allá de lo físico, Maribel también está sufriendo un duro daño anímico, habiendo perdido las ganas de salir de casa. "Lo estoy pasando muy mal", asegura. Aunque con la operación de pecho quedó satisfecha, el disgusto de perder todos los dientes ha dejado esto en un segundo plano y solo espera recuperar pronto su sonrisa.
Mientras estudia la manera de presentar una denuncia contra la clínica, la gaditana ya ha acudido a dentistas en España que han calificado la cirugía como "tercermundista" y le han advertido que podría haber sufrido infecciones graves. Además, la única solución que le dan es pagar unos implantes por 9.000 euros. Un dinero que no tiene. "No sé cómo voy a poder salir de esta", reconoce.
