La existencia de civilizaciones alienígenas podría ser completamente real y se podría contar por miles pero, a su vez, podrían haberse extinguido y estarían ya muertas. Esa es la conclusión desalentadora a la que ha llegado un estudio realizado por un equipo de investigadores del Jet Propulsión Laboratory de la NASA y el Instituto de Tecnología de California, aparecido hace apenas unos días en el servidor de prepublicaciones arXiv.
Para realizar su trabajo, los científicos participantes utilizaron una versión ampliada de la famosa ecuación de Drake, que en 1961 trató de determinar las probabilidades de encontrar inteligencias extraterrestres en nuestra galaxia y que, tras ser popularizada por Carl Sagan en su inolvidable serie 'Cosmos', ha sufrido muchas actualizaciones.
El nuevo estudio es mucho más práctico que el original y nos dice cuándo es más probable que ocurra la vida en la Vía Láctea. Pero también identifica el facto que los científicos consideran como más importantes a la hora de perdurar: la tendencia de todas las criaturas inteligentes hacia la autoaniquilación.
Mediante complejos modelos estadísticos, los investigadores hallaron que el mejor momento para que la vida surgiera en la Vía Láctea se produjo hace unos 8.000 millones de años después de su formación y que, muchas de esas civilizaciones, podrían haberse establecido a tan 'solo' 13.000 años luz del centro galáctico, la mitad de la distancia de la que se encuentra la Tierra, donde los humanos emergieron 13.500 años después.
Amplios factores a tener en cuenta
El estudio tiene en cuenta una amplia serie de factores, como la prevalencia de estrellas similares al Sol con planetas parecidos al nuestro, la frecuencia de supernovas emitiendo radiación mortal, la probabilidad y el tiempo necesario para que la vida inteligente pueda evolucionar, o el tiempo para que una civilización pueda desarrollarse hasta su máximo esplendor y, posteriormente, su tendencia hacia la autodestrucción haga su agosto.
Con estos factores, llegaron a la conclusión de que la probabilidad de que la vida con estos elementos alcanza su punto máximo a unos 13.000 años luz del centro galáctico unos 8.000 millones de años después de la formación de una galaxia.
La Tierra se encuentra a unos 25.000 años luz del centro de la Vía Láctea y surgió casi 13.500 millones años después de su nacimiento. Por ello, es probable que nuestra civilización sea "fronteriza", según se define en el estudio, relativamente tardía respecto al grueso de las civilizaciones inteligentes que habrían surgido en el resto de la galaxia según los pronósticos de los científicos participantes.
Entre los factores que podrían haber terminado con estas civilizaciones, se encuentran el cambio climático, la guerra o el mal uso de los avances tecnológicos. Pero también hay causas incontrolables, como el impacto de un asteroide o una catástrofe natural.