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Ciencia

6 verdades para dejar de estigmatizar a las personas con VIH

Tras la noticia de Charlie Sheen nos debemos preguntar: ¿tenemos superados los mitos y estigmas de SIDA?

Hace unos días todos los medios se hacían eco de la confesión de Charlie Sheen: declaró en televisión que era portador del VIH, aunque eso no implica que haya desarrollado el SIDA, simplemente es portador del virus. Esta enfermedad, conocida desde hace décadas, ha vuelto a la actualidad; pero, ¿qué sabemos del SIDA? ¿Por qué seguimos discriminando a las personas que sufren esta enfermedad? ¿Tenemos superados los mitos y estigmas del SIDA?

Aunque ya no oigamos hablar tanto de la enfermedad y tengamos media idea de que existe un tratamiento de por vida para ella, todavía hay mucho desconocimiento sobre la misma. Por ello, las asociaciones dedicadas al SIDA ponen en marcha cada año numerosas campañas de concienciación, tanto para prevenir como para dejar de estigmatizar a las personas que padecen esta enfermedad.

Charlie Sheen ha vuelto a dar visibilidad a esta enfermedad
"Charlie Sheen ha vuelto a dar visibilidad a esta enfermedad"

1 Ser VIH positivo no implica tener el SIDA

El VIH es un virus, un virus con el que nos podemos infectar y que debilita al sistema inmunitario. Tener este virus no implica desarrollar el SIDA, es más, muchas personas no saben que están infectadas por este virus, es decir, que son portadoras o seropositivas.

El SIDA hace referencia a un estado avanzado de la infección por VIH, en la cual el sistema inmunitario está tan debilitado que nuestro organismo puede ser infectado fácilmente por las llamadas "enfermedades oportunistas" (meningitis, neumonía, tuberculosis, etc., son algunos ejemplos). Hay más de una veintena de enfermedades de este tipo, que reciben ese nombre por causar una infección debido a que aprovechan la debilidad del sistema inmunitario, y se considera que una persona tiene SIDA cuando desarrolla alguna de estas enfermedades, o cuando se detecta un nivel muy bajo de un tipo de leucocitos en sangre.

Así, puedes ser portador del virus por haberte contagiado y no saberlo, y puedes no desarrollar nunca los síntomas, o sí hacerlo.

Con los medicamentos el riesgo de contagio del VIH se reduce en un 96%
"Con los medicamentos el riesgo de contagio del VIH se reduce en un 96%"

2 Las personas infectadas o que han desarrollado el SIDA tienen una vida normal

Los medicamentos que se han desarrollado para las personas infectadas por el VIH reciben el nombre de retrovirales. Estos medicamentos no son la cura del SIDA, pero sí evitan que el virus se replique, es decir, se multiplique y, por tanto, avance la enfermedad. Así, si una persona seropositiva no recibe tratamiento, tarda entre 5 y 10 años de media en desarrollar los síntomas, pero con el tratamiento, este proceso de ralentiza, o incluso se paraliza.

Por eso mismo, estar infectado por el VIH no impide que se lleve una vida totalmente normal, si se toma la medicación correctamente. Los retrovirales disminuyen en gran medida la cantidad de virus en la sangre de la persona, consiguiendo reducir hasta en un 96% el riesgo de contagio.

Hablar de SIDA nos recuerda a la prematura muerte de Freddie Mercury
"Hablar de SIDA nos recuerda a la prematura muerte de Freddie Mercury"

3 Ya no se muere joven a causa del VIH

Como no es de extrañar, si la medicación consigue casi paralizar la reproducción del Virus de la Inmunideficiencia Humana, y las personas que lo poseen pueden no desarrollar los síntomas en su vida gracias a ellos, la esperanza de vida aumenta considerablemente.

En los años 80 y 90 no eran pocos los casos de personas que morían jóvenes a causa del SIDA, y por citar a algún famoso, no podremos olvidar nunca a Freddie Mercury, muerto un 24 de noviembre de 1991, hace hoy 24 años. Pero hoy en día los tratamientos han avanzado para no permitir que esto ocurra de nuevo, a menos que vivas en el tercer mundo y nadie quiera hacer llegar los medicamentos por su alto coste.

4 Las personas infectadas pueden vivir en pareja y tener hijos sin riesgo de contagio

Fijaos si la vida de las personas portadores del VIH se ha normalizado, que pueden tener una vida en pareja prácticamente normal con alguien que no es seropostivo, aunque tengan que seguir algunas precauciones. Entre ellas se encuentra el utilizar preservativo (masculino o femenino) en todas las prácticas sexuales, el hacerse controles médicos periódicos y no compartir algunos objetos personales que puedan entrar en algún momento en contacto con la sangre del miembro portador, como cuchillas o cepillos de dientes.

Además, si la pareja no contagiada se expone accidentalmente al virus, el médico pone en marcha un tratamiento preventivo con retrovirales, llamado profilaxis postexposición, que debe ser iniciado antes de las 72 horas tras la exposición, y que ha demostrado ser efectivo.

Por último, la maternidad y paternidad es posible aun teniendo el virus. Las técnicas de fecundación actuales permiten, en caso de que sea el padre el portador, eliminar el virus de los espermatozoides y realizar la fecundación mediante inseminación artificial o fecundación in vitro. Si la portadora es la madre, existen tratamientos con retrovirales durante el embarazo que reducen el riesgo de contagio al hijo a menos del 2%.

Las parejas donde uno de los miembros tiene VIH pueden mantener contacto físico, besarse, compartir comida, cubiertos, ropa, etc.

¿Tememos dar dos besos a un portador del VIH pero no a tener sexo sin condón?
"¿Tememos dar dos besos a un portador del VIH pero no a tener sexo sin condón?"

5 El número de contagios ha disminuido, pero se sigue propagando por no usar preservativos

No debemos temer ningún riesgo de contagio de otra persona portadora del VIH por darle la mano, darle dos besos, estar cerca de ella o comer juntos. Ni tampoco trabajando juntos, ya que el sector laboral es uno donde más se nota la discriminación a las personas seropositivas.

Pero sí que debemos de tener ese miedo presente cuando vayamos a tener relaciones sexuales de cualquier tipo, y es el uso del preservativo. Hoy en día, aún es común no utilizarlo, optando por técnicas muy poco seguras, como "la marcha atrás", o practicar sexo oral o anal. Todas estas medidas se emplean para prevenir embarazos no deseados, pero olvidamos que, entre las numerosas enfermedades que pueden ser contagiadas (las famosas ETS) está el VIH, que se queda toda la vida con nosotros.

España se encuentra por encima de la media de la Unión Europea en personas infectadas por VIH, ya que no se consigue bajar de una cifra en torno a los 3.200 diagnósticos anuales. Contrariamente a lo que se suele creer, los contagios entre hombres que mentienen relaciones con otros hombres han descendido notablemente en los últimos años.

Muchos portadores del VIH no se atreven a decirlo
"Muchos portadores del VIH no se atreven a decirlo"

6 Las personas infectadas con el VIH siguen siendo discriminadas

Parece, viendo todo el avance que hay sobre el tratamiento (que no cura) y la disminución del riesgo de contagio del VIH, que no hay razón para discriminar a las personas seropositivas. Sin embargo, la falta de información y los miedos que hemos desarrollado décadas atrás mantienen esas conductas que estigmatizan y excluyen de la sociedad a estas personas.

Por otro lado, no es solo el riesgo de contagio (que, repito, nos da miedo el dar la mano a un seropositivo pero no el no utilizar un condón cuando la otra persona no sabemos si tiene o no alguna enfermedad) lo que provoca esta desconfianza. Al ser una enfermedad transmitida en gran medida mediante las relaciones sexuales, tachamos a las personas portadoras de promiscuas, poco responsables (repito de nuevo lo del preservativo que muchos no-portadores no ponen), o ¡uy! Quizá homosexuales... Porque, ¿qué hemos pensado cuando Charlie Sheen destapó que lleva 4 años siendo conocedor de que porta el virus? Claro, era cuestión de tiempo, es el promiscuo Charlie Sheen...

Así, las personas que tienen el VIH se siguen avergonzando de que lo sepan sus allegados, les cuesta decirlo a sus parejas, y tienen miedo de no ser aceptados en el ámbito laboral, incluso ocurre en gente que ha nacido con la enfermedad porque se la han transmitido sus padres.

Tal y como informa el Ministerio de Sanidad en una nota sobre esta enfermedad, entre las múltiples y obviamente negativas consecuencias que tienen estos temores se encuentra una mayor tendencia a aislarse socialmente, o incluso la persona infectada puede poner en marcha conductas de riesgo, como el no insistir en el uso del preservativo, por miedo a que la pareja sexual sospeche de su infección.

Los retrovirales paralizan el avance del virus
"Los retrovirales paralizan el avance del virus"

No nos olvidemos de África, allí los medicamentos llegan con más dificultad y les cuesta mantener un tratamiento constante

Aunque el tratamiento con retrovirales ha llegado al tercer mundo, no es sorpresa saber que los enfermos no acceden a ellos con la facilidad que lo hacemos nosotros. Hay zonas donde estos fármacos no llegan con la regularidad que se necesita, y los pacientes se ven obligados a saltarse tomas, lo que podría aumentar la resistencia del virus al medicamento (lo que nos pasa con los antibióticos) y disminuir, por tanto, la eficacia de los mismos.

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