El desarrollo de la tecnología en los últimos tiempos está trayendo una serie de novedades revolucionarias que están cambiando nuestras vidas por completo.
Una de ellas es la llegada de la realidad virtual, cada día más accesible para el gran público. Muestra de ello son las gafas de realidad virtual, como las Oculus Rift de Facebook o la PlayStation VR, una tecnología que está convirtiéndonos en parte activa de este tipo de "nuevas" experiencias sexuales.
Ahora, todos estos desarrollos están siendo investigados por un grupo de expertos de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, que ya ha hecho varios experimentos para analizar la conducta humana con una herramienta que plantea muchos dilemas éticos a la hora de consumir contenidos pornográficos.
¿Cómo reaccionamos cuando tenemos completa libertad en la cama?
Para su estudio, decidieron elegir a 45 participantes con el fin de agrupar todas sus experiencias en dos escenarios: el perfecto (que sería el ejemplo de la conveniencia de este tipo de tecnologías) y el precario (que se corresponde con lo contrario).
Al parecer, los que formaban parte del escenario perfecto, habían relatado "algunas hsitorias fantásticas y otras muy reales, pero todas ellas eran la experiencia sexual perfecta, que los participantes describieron como 'mejor que algo real'", según ha relatado el investigador y estudiante Matthew Wood. En muchas ocasiones, se están creando figuras virtuales humanas especialmente realistas, por lo que se pueden crear todo tipo de individuos deseados.
La postura de los participantes en el escenario perfecto tampoco están libres de riesgos: su satisfacción con este tipo de pornografía puede llgar a provocar adicciones o a considerar como "poco estimulante" las relaciones sexuales en persona.
Si este dato nos puede parecer algo polémico, el siguiente es aún peor: en el escenario precario, los sujetos se dedicaban a relatar historias que "iban más allá de lo que sería aceptable en la vida real", con escenas que en muchas ocasiones se correspondían a varios hombres pidiendo a las mujeres realizar actos sexuales degradantes o directamente forzándolas.
Regular su uso
En este caso, los investigadores comenzaron a cuestionarse el uso que podría darse si, por ejemplo, enviamos un contenido pornorgráfico propio de este tipo a nuestra pareja. La realidad de las experiencias podría provocar que, cuando la relación termine, la persona se vengue y difunda un contenido de tal calibre a través de internet.
"En el pasado la pornografía ha sido impulsada por la industria, pero si el futuro de la pornografía es la realidad virtual, tal vez es hora de que asumamos una mayor responsabilidad sobre cómo permitimos que esto se desarrolle", ha señalado otra de las participantes en el estudio.
Y es que, a diferencia de los anteriores contenidos pornográficos, en este caso pasamos de ser meros observadores a, directamente, participar en la propia escena. Todo ello podría suponer el menoscabo en la imagen de una persona o, incluso, que se generasen prácticas dañinas para otras personas que de otra forma no se hubiesen desarrollado. Hay que tener en cuenta que la falta de límites en los contenidos que consumimos a través de las gafas puede hacer que algunos usuarios tengan la percepción de que llevarlas a cabo entra dentro de la normalidad.
Todo ello, además, plantea el problema de que este tipo de contenidos están siendo consumidos por gente, cada vez, de menor edad, por lo que la falta de madurez puede provocar un incremento de las denominadas 'revenge porn' o desarrollar prácticas sexuales poco éticas.
Puede ayudar a abrir mentalidades
"La pornografía ha estado con nosotros siempre y no va a desaparecer [...] pero tal vez la realidad virtual nos dé la oportunidad de influir en la pornografía e introducir algunas reglas. Imagine un escenario, por ejemplo, en el que un participante masculino asuma el papel femenino en el juego virtual", ha afirmado uno de los participantes del estudio.
Eso, quizás, pueda ayudar a cambiar algunos roles sociales y a acabar con el machismo que aún reina en nuestra sociedad y sobre el que siempre se ha señalado a la industria pornográfica. Algo sobre lo que ya se ha debatido en numerosas ocasiones.
Por todo ello, consideran que "el futuro de la pronografía virtual podría ser más positivo, si estuviese diseñado de una manera determinada. En nuestra investigación también vimos sugerencias de que la realidad virtual podría ofrecer más experiencias sensoriales incorporadas, con más énfasis en la sutileza y los aspectos relacionales de las experiencias sexuales".