Con esos días llenos de rebeldía, discotecas, peleas, huida de policías y deberes sin hacer, y con su nombre interminable, la vida de Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón bien podría ser llevada al canal Nova en forma de telenovela. 'El heredero renegado' podría ser un título viable. El caso es que no son pocas las veces que el hijo de la infanta Elena y Marichalar nos ha sorprendido al populacho con sus desventuras de juventud, en las que, si pudiera levantar la corona como un estandarte e ir agitándola para demostrar a todos su posición y privilegios, seguramente lo haría.
Como si fuera una horrible parodia de una princesa Disney que se rebela contra su posición en busca de la libertad, Froilán se ha metido en varios líos a lo largo de sus años adolescentes, e incluso antes. Esta es la historia de un rebelde que, más que James Dean, se ha quedado en Pocholo.
1 Fuck the police
Un rebelde con causa: quedarse de fiesta todo el tiempo posible. La última garrulada del más punk de la Casa Real fue hace poco, cuando se atrincheró en una discoteca pasadas las cuatro de la mañana. A todos se nos ha pasado la hora alguna vez en los tiernos años de la adolescencia, en esa época en la que teníamos que volver a casa corriendo antes de la hora acordada como si fuéramos Cenicienta. Solo que con el autobús nocturno en vez de una carroza con purpurina.
Pero en la realeza no hacen las cosas a medias. Marichalar seguramente no estaba por la labor de cambiarse el pijama para ir a buscar a su hijo a la discoteca, así que lo mejor que se le ocurrió, según varios medios, fue enviar a la policía a buscar al pequeño Froilán. El hijo de la infanta Elena, decidido a no echar a perder su noche de desfase, se escondió en una de las salas hasta que se fueron los agentes. Al final, volvió a casa por su cuenta. Eso sí, Marichalar niega toda la historia.
2 "¿Una copita por 15 euros, vasallo?"
Ser relaciones públicas de la discoteca Joy Eslava fue uno de los momentos Top 5 de Froilán. Como buen rey de la noche, era imposible que no cumpliera este estereotipo. El nieto de Juan Carlos, que con 15 años ya estaba disparando su carrera para ser Pocholo Junior, se encargaba de vender entradas para las sesiones light a cambio de entrar a la discoteca sin hacer cola y disponer de barra libre de bebidas sin alcohol. Vale que es posible que lo hiciera a cambio de una tacita de Cola Cao, pero el chaval ya apuntaba maneras.
3 Repetir solo una vez es de plebeyos
El heredero descarriado no se rebela contra la autoridad solo en zonas de fiesta. En lo que concierne a sus estudios, Froilán ha pisado cuatro colegios diferentes en solo cinco años debido a sus malas notas. Cómo olvidar cuando fue "tripitidor" hace un par de años, cuando le costó más pasar 2º de la ESO que salir en una foto sin cara de circunstancias. Eso sí, al final consiguió su objetivo. Lo que no sabemos es a qué discoteca fue a celebrarlo.
4 El Jackie Chan de la realeza
Corría el año 2004. Era la boda de cuento de hadas de Felipe y Letizia, solo que sin gaviotas y esas cosas de Disney. Pero en esta celebración también hubo lugar para la violencia. Iniciando un Club de la Lucha infantil, Froilán, con solo 5 años, arremetía contra una de sus primas pegándole una patada en la espinilla. Como si estuviera aprovechando su tiempo libre durante la ceremonia para practicar un poco de kung fu. Era su carta de presentación ante millones de personas que presenciaron en directos los primeros pasos de Froilán hacia Pochololandia.
Unos años más tarde, ya en 2013, Froilán no quería que la idea de su Club de la Lucha Real se fuera por la borda, así que no dudó en pelearse con un amigo cuando este quiso coger su teléfono móvil. También llegó a los puños con su primo Pablo, a quien le dio un cabezazo para después intentar clavarle un pincho moruno, seguramente la única arma que tenía a mano en ese momento.
5 "El Rólex no es falso, el oro se pela porque teme mi grandeza"
El año pasado, Froilán pasó una tarde presumiendo de haberse encontrado un reloj que, según él, se trataba de un Rólex auténtico. El hijo de Jaime de Marichalar, que para ser más experto en este tema tendría que llevar colgado un cartel de "compro oro", se dirigió con varios de sus amigos a una joyería del barrio de Salamanca para comprobar que estaba en lo cierto. Sin embargo, el misterioso reloj resultó ser, evidentemente, falso. "¡Pues vaya mierda!", espetó después. No es oro todo lo que reluce, pequeño Froilán.
6 El "por qué no te callas" de su generación
Otro de los grandes éxitos de Froilán. Fue en el parque de atracciones de Madrid cuando se encaró con los responsables del acceso a una montaña rusa porque no le apetecía seguir esperando en la cola como un vulgar plebeyo. La discusión retrasó la marcha de la cola y cuando un niño le increpó por intentar colarse, Froilán soltó la perla de "¡Tú cállate, puto chino!". Todo un discurso digno de un monarca.
7 Bonus: peineta a la prensa
Una imagen vale más que mil palabras. Ya desde pequeño dejaba claro que había iniciado su camino por la senda del mal.