El Valle de los Caídos ha sido objeto de constante polémica. Mientras que algunos defienden que forma parte de la historia reciente de España, otros sectores consideran que solo enaltece a uno de los dos bandos de la Guerra Civil, a la vez que mantiene enterrado con honores a un dictador que, por cierto, no murió en la propia contienda.
A pesar de todo ello, el Gobierno mantiene el conjunto como un monumento más dentro de Patrimonio Nacional. Sin embargo, su conservación no sale especialmente rentable para las Administraciones Públicas, tal y como ha reconocido el Ejecutivo en respuesta a una pregunta parlamentaria del PSOE y a falta de datos oficiales de la fundación privada que lo gestiona.
En concreto, el Gobierno de Mariano Rajoy reconoce que ha recibido 3,8 millones de euros por la venta de entradas durante el período que abarca desde los años 2014 al 2016. Sin embargo, este dinero no es suficiente para mantener todos los gastos del conjunto: en el mismo período se dilapidaron 6,3 millones de euros.
Es decir, durante el período mencionado, el Gobierno de Rajoy destinó dos millones de euros de dinero público, a la vez que reducía el presupuesto oficial de la Memoria Histórica a cero euros.
La subvención de 750.000 euros anuales es destinada a la Abadía benedictina de la Fundación del Valle de la Santa Cruz de los Caídos, aunque la contabilidad de la fundación no se encuentra publicada al completo en el portal de la transpariencia, en contra de lo que dicta la ley para este tipo de organizaciones.
Gestión económica cuestionable
Tras analizar todos los datos que han proporcionado el Ejecutivo, el PSOE considera que se están gestionando las cuentas de una manera, cuanto menos, cuestionable. "Aquí tenemos un déficit estructural y oculto a cargo de los Presupuestos Generales del Estado que no debería darse", ha afirmado el portavoz socialista en la comisión mixta del Tribunal de Cuentas.
El abogado experto en Memoria Histórica, Eduardo Sanz, ha apuntado en declaraciones a El Diario algunos datos que llaman la atención. Por ejemplo, "la hospedería, una actividad económica que debería pagar IVA y licencia de actividad y que no consta". O la "subvención de 340.000 euros que imputa como gasto en vez de como ingreso". También señala a la cafetería, que al regirse por un canon, debe tener una concesión a una empresa que por ahora se desconoce y "tenía que haber un concurso" público para adjudicarla.
Por este tipo de situaciones, Sanz considera que "esta forma de ventajas fiscales y ausencia total de transparencia hace que estemos hablando de un paraíso fiscal en el centro de la península". Y señala: "a juzgar por los ingresos por venta de entradas, que superan el millón de euros, sumado a los fieles que no pagan por entrar a culto", afirma, "nos hace entender que puede haber un ingreso a través de donaciones" que debería contar "en el capítulo III".
Los restos de Franco, en jaque
Ante todos estos datos, el PSOE quiere que el Gobierno no destine ni un solo euro de dinero público al mantenimiento del Valle de los Caídos. Para llevar a cabo esta petición podría tener en cuenta que ahora es determinante para que Rajoy continúe en el puesto de presidente del Gobierno.
Ese poder que mantiene actualmente la oposición se ha demostrado también en la proposición que aprobará la Cámara el martes 9 de mayo, cuando PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos, ERC, PNV y Bildu se impongan sobre el PP para retirar los restos de Franco del Valle de los Caídos.
Si se cumplen los pronósticos, Rajoy tendrá sobre la mesa una nueva propuesta que ahora parte de la mayoría absoluta de la Cámara y con la que se pretende ampliar la Memoria Histórica y cerrar una vieja herida que aún permanece abierta. El conjunto fue ordenador por el dictador Francisco Franco con el fin de recordar a todos los que participaron a favor de su "gloriosa cruzada" y se edificó con las manos de todos los presos republicanos capturados tras el combate, muchos de los cuales murieron por las duras condiciones de esclavitud a las que eran sometidos.
Mientras se dilucida una posible alternativa al Valle de los Caídos (al menos, una reinterpretación del significado del lugar), el conflicto sigue presente en la sociedad.