En un año donde la gran mayoría de delegaciones andan cambiando sus modelos de selección para Eurovisión, en el caso de Bielorrusia, la vida sigue prácticamente igual con su 'Eurofest'.
El formato de la BTRC volvió a presentar una final estandar con doce canciones y la novedad de la vuelta del televoto, junto a un jurado internacional para elegir su representante para Eurovisión 2020. Después de presentar los temas en audiciones, un clásico de la televisión bielorrusa que desluce completamente las candidaturas desde un inicio, entre los favoritos de la cita no estaban el duo VAL, que acabaron resultando vencedores por tener un mejor nivel medio.
Siendo segundos tanto para el jurado (lo vencería Yan Yarosh) como el televoto (sería Chakras el vencedor de esta parcela), el cómputo de ambos le da el billete a Rotterdam a una canción, 'Da Vidna', que tiene un toque étnico que puede encajar con Bielorrusia. Un tema que, a primera escucha, resulta agradable, un premio que quizá ni siquiera esperábamos visto el nivel de la preselección.
Una buena canción
Bielorrusia viene de vivir un buen momento en Eurovisión el año pasado con el pase a la final de la joven Zena y su 'Like It'. En aquella ocasión, los bielorrusos optaban por la bala de una canción pop teeneager que podía cantar cualquier artista y podría llevar cualquier delegación. De cara a 2020, la cosa parece cambiar un poco más con los VAL.
En un año donde Bielorrusia recuperaba el televoto para su Eurofest, la victoria de VAL es la de una canción bien formada y trabajada, que lucía en un cómputo de canciones de una cuestionable calidad.
Sentándole bien el bielorruso como lengua, y estando interpretada por artistas con recorrido en el país, Da Vidna es mejor canción que Like It, aunque a todas luces es menos competitiva.
A falta del revamp que le ofrezca la BTRC a la canción, y siempre con el miedo de que aparezcan las ganas de terminarla en inglés, la primera semifinal del martes será una batalla demasiado dura para la canción bielorrusa, que deberá apostar por sus raíces al máximo para ser competitivos. El ejemplo de Naviband en 2017, es una buena hoja de ruta. ¿Valdrá una final? De partida, creemos que no.