Tras un 2020 marcado por la pandemia del coronavirus, que deja cerca de 113 millones de contagiados y más de 2,5 millones de muertes, el mundo arrancó el 2021 con cierta esperanza tras empezar con los planes de vacunación. Con una tercera ola de por medio, los países han ido avanzando en administrar los sueros a su población con la esperanza de recuperar la normalidad. Sin embargo, las nuevas variantes de la Covid-19 que han ido surgiendo ha despertado la preocupación por la amenaza de que las vacunas no sean efectivas frente a ellas.
Británica, sudafricana y brasileña son las cepas del SARS-CoV-2 que más se han ido extendiendo a lo largo del mundo. Aunque los expertos recuerdan que la mutación de los virus es muy frecuente, señalan la necesidad de prestar especial atención a aquellas que afectan al gen que codifica la proteína S, llave de entrada al organismo y diana de las vacunas desarrolladas, pues "podrían condicionar cambios en la capacidad infectiva del virus y en su sensibilidad a la respuesta inmune inducida por las vacunas", según advierte el Comité Asesor de Vacunas (CAV).
Uno de los debates que más se está planteando es la posibilidad de que las vacunas deban actualizarse con cierta frecuencia, como ocurre con la de la gripe, para no perderle la pista al coronavirus y a sus posibles nuevas mutaciones.
Lo cierto es que aún no hay estudios concluyentes sobre cómo las nuevas variantes perjudicarían a la capacidad de las vacunas para neutralizar el virus. No obstantes, los realizados a pequeña escala nos permiten hacernos una idea de la efectividad de cada una de ellas.
Variante británica
La variante británica (B.1.1.7) fue la primera que hizo saltar las alarmas y ya está presente en 94 países. A pesar de su mayor transmisibilidad y su posible afectación a la gravedad de la enfermedad, es la variante que menos preocupa.
No parece que la variante británica sea lo suficientemente fuerte como para anular la efectividad de las vacunas de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Novavax, cuyos laboratorios han asegurado que se mantiene la capacidad de protección tras inyectarse ambas dosis.
Variante sudafricana
La variante sudafricana (B.1.351) está presente en 46 países y genera más preocupación que la británica por su resistencia frente a las vacunas. Las de Pfizer y Moderna son seis veces menos efectivas frente a esta cepa. La efectividad de AstraZeneca, por su parte, es prácticamente inexistente reduciéndose a un 10%. Estos laboratorios ya están trabajando en el desarrollo de nuevos prototipos que neutralicen esta variante.
La que por el momento parece ser más efectiva sin llegar a ser óptima es la de Johnson & Johnson. Su compuesto, que en este caso solo requiere una sola dosis, adquiere una eficacia frente a esta variante del 57%. Un porcentaje parecido a la de Novavax, cuya vacuna experimenta una caída al 50% de eficacia ante la variante de Sudáfrica.
Variante brasileña
Sobre la variante brasileña es sobre la que menos información se tiene, aunque ya está presente en 21 países. Parece provocar un impacto parecido a la sudafricana en la efectividad de las vacunas, aunque los datos de los que se disponen hasta ahora no permiten sacar ninguna conclusión definitiva.
La peculiaridad de esta nueva variante es que presenta 12 mutaciones en la proteína S, entre ellas la mutación N501Y (como en la británica y sudafricana) y la E484K, "que podría estar asociada a un escape a la neutralización por anticuerpos monoclonales", según advirtió el Ministerio de Sanidad.
