El tamaño del pene se ha convertido en un asunto vital para muchas personas y la época estival es uno de esos momentos críticos.
Los expertos confirman que, ante el verano, uno de los tratamientos más solicitados habitualmente es el engrosamiento del pene. La mayoría busca aumentar el tamaño y grosor del órgano, pero también que mantenga un aspecto juvenil.
A pesar de que las intervenciones se disparan, la realidad es que los factores económicos se sitúan como el mayor factor disuasorio, de una intervención por la que se reconoce el interés de mejorar el autoestima porque se puede ver más expuesto durante las fechas en las que se registran mayores temperaturas.
El tamaño que se considera válido
El aspecto, longitud y la circunferencia son algunos de los aspectos a los que se presta más atención, como reconocen los expertos, "junto con la disfunción", ha explicado la doctora Blanca Madurga, uróloga, en declaraciones al diario La Razón.
"Se sigue relacionando el tamaño con la virilidad y eso es capaz de potenciar o de minar la autoestima. Que el tamaño importa es verdad, pero solo hasta cierto punto. Cuanto más grande no tiene que ser mejor", ha reconocido la experta.
En cuanto al tamaño que se considera una base para considerar un pene funcional y con capacidad de mantener relaciones sexuales, lo tiene claro: "Solo se necesitan seis centímetros en erección para conseguir una penetración satisfactoria", sentencia.
Por tanto, el tamaño mínimo para mantener relaciones con penetración se sitúa en seis centímetros. Muchas personas sitúan como grandes problemas la disfunción, tamaño y grosor. El sexo sigue siendo un asunto tabú, pero vital y, como consejo, la experta recomienda "hablar con naturalidad y confianza con nuestros hijos; así como acudir a un especialista siempre que sea necesario".