La estancia de Iñaki Urdangarín en la cárcel de Brieva (Ávila) será de al menos 17 meses y aunque estar encerrado se le hará pesado, su estancia no será ni mucho menos parecida a la de cualquier recluso común. Y es que el cuñado del rey vivirá en un módulo de 450 metros cuadrados que cuenta con dos patios, cocina y una celda con capacidad para dos reclusos. Todo este espacio será para él porque vivirá solo.
El arquitecto que diseñó la prisión, Alfonso Navarro, ha hablado con OKdiario y ha explicado que se trata de un espacio que se construyó hace 30 años para convertirlo en un pabellón "para un recluso". El lugar en el que vivirá Urdangarín es "más alegre y menos tétrico", ya que los colores que pintan las paredes son el gris, el blanco y el rojo burdeos para los zócalos. Además las ventanas son más amplias de lo que suelen ser en cualquier prisión española, según cuenta el arquitecto, por lo que el marido de la infanta Cristina vivirá con más luz.
La cárcel fue construida en 1988 y Navarro explica que se trata de un centro penitenciario que no tiene mucho que ver con las que se levataban en aquellos años porque quiso rompen con el diseño que imperaba. "La inversión de Instituciones Penitenciarias fue de 1.000 millones de pesetas -6 millones de euros- y su conversión en cárcel de mujeres a mitad de la obra costó 250 millones".
Asimismo Navarro cuenta que visitaba este complejo cada año con sus alumnos porque se trataba de una construcción pionera: "Se quedaban impresionados por la amplitud de los espacios o los colores". Sobre todo fue pionera porque por primera vez se dotó a una prisión de una estructura en eje, con patios, polideportivo y un módulo de visitas 'vis a vis', explica a dicho medio.
"Una habitación de cinco estrellas"
"Nada más entrar en la celda hay dos camas individuales a un lado, un inodoro y un lavabo de acero inoxidable. Fuera de ella la zona tiene una cocina, dos patios y un pequeño gimnasio con una bicicleta estática y pesas", asegura Navarro. Luis Roldán, el exdirector general de la Guardia Civil fue quien ocupó este espacio antes que Urdangarín y lo hizo durante 10 años.
El arquitecto garantiza que este complejo penitenciario costaría en la actualidad 60 millones de euros y que el pabellón que ocupa Urdangarín "tuvo un coste notable" porque se adecuó para hombres. "Si hubiese sido un hotel sería una habitación de cinco estrellas", sentenció Navarro.
