La situación actual en España es preocupante por varios factores. Uno de ellos, en el que nos vamos a centrar hoy nosotros, es el de la violencia machista, que está lejos de bajar. Y es que en abril de este mismo año, mientras siete mujeres eran asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, el Centro Reina Sofía realizó un preocupante estudio sobre la violencia machista a 1.247 jóvenes.
El perfil de las personas entrevistadas es bastante claro: chicos de entre quince y veintinueve años que, por su edad, se supone que deberían haber sido educados en unos valores muy alejados del machismo y el patriarcado. No obstante, uno de cada cuatro de los entrevistados (es decir, un 27'4%) declaró que la violencia machista es "una conducta normal en el seno de una pareja". No se especifica a qué tipo de violencia machista se refieren, si se está hablando de una violencia psicológica o una violencia más física, pero sea la que sea, la situación continúa siendo muy preocupante. Porque implica que ven como normal que las mujeres sean maltratadas en las relaciones heterosexuales.
Aunque la cosa no queda aquí, por desgracia. A esto hay que sumarle que uno de cada tres jóvenes españoles (31'5%) se encuentra totalmente convencido de que lo que sucede está relacionado con la población inmigrante, creen que que estos casos aumentan debido a la población inmigrante. Estadísticamente, esto es algo completamente falso, puesto que en la gran mayoría de los casos de maltrato que hay en España, los maltratadores son hombres españoles.
El 21'2% de los entrevistados cree que el tema de la violencia de género es algo "politizado" y que se "exagera", mientras que hay un 7% que cree que es algo "inevitable". Creen que es inevitable que los hombres maltraten hasta la muerte a sus parejas. Hay que señalar que en nuestro país, las víctimas no son pocas: entre el año 2003 y 2016, fueron asesinadas 872 mujeres por el mero hecho de ser mujeres. ¿Era esto "inevitable"? Solo en 2016 hubo más de ciento cuarenta mil denuncias por violencia de género dentro de la pareja.
No solo los datos sobre denuncias, malos tratos y asesinatos no bajan, sino que ahora, con este tipo de estudios, podemos comprobar que la población joven no está lo suficientemente concienciada como para que esto vaya a a cambiar en un futuro. Es, entonces, el momento de preguntarnos qué es lo que nuestro país está haciendo mal.
La violencia de género es asunto nuestro, es un problema social
Pese a que aún haya quien considere la violencia de género, la violencia machista, como algo del ayer, como algo arcaico y que ya ha desaparecido, lo cierto es que esta continúa siendo un problema nuestro. Es un problema de alcance social aunque, por desgracia, el grueso de la población no lo percibe como tal.
En unas declaraciones públicas, Anna Sanmartín, subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, señaló que pese a que hemos cambiado en cuanto a equidad de género, y mejorado en este aspecto, hemos olvidado algo importante. "Hemos dado por sentado que la gente joven viene de fábrica con un sentido de la igualdad superior que el de sus mayores", explica, cuando esto realmente no es así. Los datos que hemos mencionado antes son, para ella, incluso alarmantes. La percepción que las futuras generaciones tienen de la violencia machista no es tan diferente a la que tienen los adultos."Si les preguntásemos a ellos (los adultos) los estereotipos serían los mismos".
Es decir, que no hemos avanzado tanto como hubiéramos podido imaginar. Porque con la mentalidad que tienen los jóvenes de ahora, revertir la violencia de género será mucho más complicado; ni los adultos identifican la violencia machista, ni la educación de los jóvenes se centra en esto.
Sanmartín cree que uno de los problemas principales es que el Estado ha dejado de lado algunos programas de prevención porque, con la crisis, las prioridades eran otras, y la inversión económica se hizo de otro modo. "Socialmente nos hemos relajado en una cuestión que es fundamental y que nos afecta a todos", explica la subdirectora del Centro Reina Sofía.
Por otro lado, los expertos tienen una idea bastante parecida al respecto. Rubén Sánchez, un psicólogo especializado en la violencia de género, ha concedido una entrevista al medio El Español, señalando que la clase política no se está esforzando lo suficiente como para conseguir acabar con esta lacra. "Los primeros recortes (en el momento de crisis) se produjeron en los departamentos de igualdad y violencia de género", explica. Haciendo esto, los políticos han demostrado hasta qué punto la violencia de género no les interesa, o no es un problema real para ellos. Esto implica que todos los servicios públicos hayan ido a peor en este aspecto; cuesta más detectar los casos, cuesta actuar y, sobre todo, es mucho más lento.
"Falta presupuesto y esfuerzo político, pero también es necesario que el sistema judicial y el policial se pongan las pilas y se dé formación especializada", explica el psicólogo. Es necesario que los profesionales que tratan más de cerca con las personas afectadas por la violencia de género estén concienciados al respecto, y sepan perfectamente a qué tienen que enfrentarse. "En estos profesionales hay una serie de valores que tienen que cambiar para atender correctamente a las víctimas y para evitar que el problema se siga reproduciendo", mantiene Rubén Sánchez.
La educación: el pilar fundamental
Para eliminar de raíz la violencia machista, hay que actuar directamente en los jóvenes, en los que algún día serán la base de la sociedad. Y para llegar a ellos no hay mejor método que la educación. Porque educando en la igualdad, esta podría conseguirse finalmente.
Hace dos años, el Centro Reina Sofía realizó un estudio donde se comprobó que el 80% de los adolescentes en España habían conocido de cerca parejas (de su edad) en las que tenían lugar actos de violencia de género. Por desgracia, no eran capaz de identificar esto como parte de un problema mucho más grave. Sanmartín lo tiene claro al respecto: "no percibimos los comportamientos más sutiles y ahí está el problema entre los más jóvenes; en educarlos en que eso no es normal".
El eje de todo es la educación y, junto a ella, los medios de comunicación. Es ahí donde se deberían implementar medidas mucho más serias para tratar de concienciar a los más jóvenes de lo que es la violencia de género, todo lo que esta incluye y las repercusiones que podría llegar a tener.